El texto, aprobado por el propio presidente, Barack Obama, fue entregado por Washington el pasado lunes, tras varias semanas de negociaciones y deliberaciones a nivel interno del gabinete, según ha informado este jueves el diario 'Washington Post'.
El punto crucial del acuerdo es el compromiso de Estados Unidos de unir sus fuerzas con las Fuerzas Aéreas de Rusia para compartir los objetivos y coordinar una campaña de bombardeos extendida contra el Frente al Nusra, la rama de Al Qaeda en Siria.
Según el acuerdo, que ha contado con el apoyo del secretario de Estado, John Kerry, soldados estadounidenses y rusos cooperarían a un nivel sin precedentes, algo que Moscú ha estado exigiendo durante mucho tiempo.
A cambio, Moscú debe aceptar ejercer presión sobre el presidente de Siria, Bashar al Assad, para dejar de bombardear algunos objetivos, entre ellos, los grupos rebeldes que Estados Unidos no considera "terroristas". Si bien Estados Unidos no ha dado a Rusia la ubicación exacta de estos grupos, de aprobarse este acuerdo le entregaría zonas geográficas específicas que deberían quedar a salvo de los ataques aéreos de Al Assad.
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