La Casa Blanca presentó el jueves las primeras regulaciones federales para controlar las emisiones de metano provocadas por actividades petroleras y gasísticas, en el marco de los esfuerzos del presidente Barack Obama para luchar contra el calentamiento global.
Estas regulaciones obligarán a las industrias del sector petrolero y gasístico a capturar el metano que provenga de fugas en los nuevos pozos, instalaciones y depósitos. Las reglas no se aplicarán para pozos que ya son explotados.
La puesta en marcha de estas regulaciones costará al sector alrededor de 530 millones de dólares de aquí a 2025, según estimaciones de la Agencia Federal de Protección al Medioambiente (EPA). La reducción del despilfarro deberá permitir al sector un ahorro de hasta 690 millones de dólares, añadió el organismo en un comunicado.
Un tercio de las emisiones de metano en Estados Unidos provienen de fugas en los pozos e instalaciones petroleras y gasísticas, según la EPA. Las nuevas normas permitirán reducir el volumen de emisiones de metano, a cerca de 500.000 toneladas de aquí a 2025, lo que equivale a once millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, estimó la agencia.
"Estas nuevas medidas van a proteger la salud pública y reducir la contaminación ligada al cáncer y a otros efectos nefastos sobre la salud, permitiendo al sector industrial seguir creciendo y proveyendo al país de una fuente de energía vital", declaró la directora de la EPA, Gina McCarthy.
Se trata de la versión final de las nuevas normas anunciadas en agosto de 2015 por la EPA.
El organismo ya reglamenta las emisiones de CO2 que provienen de automóviles y camiones, así como de centrales eléctricas de carbón. Pero en ese último caso, la Corte Suprema bloqueó temporalmente la competencia de la Agencia, luego de una acción judicial emprendida por 29 estados y decenas de compañías que no están de acuerdo con la medida.
Todas las regulaciones están en el centro del programa de Obama para combatir el cambio climático y de sus compromisos tras el acuerdo sobre el clima de París, en diciembre pasado. Estados Unidos prometió entonces reducir de aquí a 2025 sus emisiones de gas de efecto invernadero de 26% a 28%, debajo del nivel registrado en 2005.
Reducir las emisiones de metano es una parte importante de la estrategia de la Casa Blanca, ya que el efecto invernadero provocado por este gas es cinco veces más fuerte que aquel del CO2.
El gobierno de Obama fijó como objetivo una reducción de 45% de las emisiones de metano de aquí a 2025 en relación al nivel de 2012.
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