"La realización de un censo oficial sigue esperando a pesar de estar contemplado en la Ley 27/2007 por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas. Se trata de un estudio clave para la atención a las personas sordociegas, la mayoría de las cuales continua sin estar detectada y si recibir atenciones específicas", ha avisado.
Por ello, la organización ha solicitado respuestas oficiales para la puesta en marcha del estudio demográfico, de los protocolos de detección y atención en los servicios médicos, sociosanitarios y educativos, así como de soluciones residenciales adaptadas y con profesionales en sordoceguera.
"Todas las necesidades son urgentes, pero que la falta de soluciones residenciales de proximidad es acuciante. Los padres nos hacemos mayores, nadie sabe qué va a ser de su hijo o familiar el día que falte. Una residencia para personas con pluridiscapacidad o de tercera edad, no es sitio para personas con sordoceguera", ha comentado el presidente de la FESOCE, Ricard López.
Y es que, las personas con sordoceguera pueden tener un amplio rango de tipos de pérdida de visión y de audición. La sordoceguera puede sobrevenir a cualquier edad, desde el nacimiento hasta la tercera edad y las causas incluyen enfermedades genéticas, adquiridas, accidentes y el propio envejecimiento. Es una discapacidad mucho más impactante que la sordera y la ceguera por separado.
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