A.Saudí sufre las consecuencias de la persecución al inmigrante irregular

  • La subida de precios, el cierre de comercios o la paralización de sectores como la construcción muestran la otra cara de la reciente campaña lanzada por Arabia Saudí para expulsar del país a los inmigrantes en situación irregular.

Suliman al Asad

Riad, 17 nov.- La subida de precios, el cierre de comercios o la paralización de sectores como la construcción muestran la otra cara de la reciente campaña lanzada por Arabia Saudí para expulsar del país a los inmigrantes en situación irregular.

Este plan, que en la primera semana de aplicación se ha traducido en la detención de unas 33.000 personas, ha llevado a muchas personas sin papeles en regla a huir a otros países, mientras que los que se han quedado en el país tienen miedo de salir a la calle.

De esta forma, los trabajos que antes realizaban estos inmigrantes han quedado vacantes y las consecuencias ya se han empezado a notar.

Toneladas de basura se amontonan en las calles de los barrios residenciales de ciudades como La Meca, tiendas habitualmente abarrotadas de gente han cerrado sus puertas y casi la mitad de las empresas de construcción tienen paralizados los proyectos por su gran dependencia de trabajadores extranjeros.

Además, profesionales como fontaneros, electricistas, carpinteros o pintores han subido el precio de sus servicios ante la reducción de la mano de obra en el país.

"No se ha hecho un estudio de mercado para evitar consecuencias como las que estamos viendo, como el aumento de los precios y la repentina ausencia de trabajadores", lamentó a Efe un empresario saudí identificado como Luay.

Según estimaciones de la prensa local, unas 20.000 escuelas necesitan trabajadores de la limpieza y faltan conductores de autobuses.

Además, solo en las últimas dos semanas los precios de los alimentos han subido en torno al 20 por ciento en el mercado nacional.

El presidente de la Comisión de Alimentos y Bebidas en la Cámara de Comercio e Industria, Saif Sherbatli, explicó a la prensa que el impacto de la campaña de inspección se aprecia principalmente en el mercado de las frutas y verduras, donde se ha paralizado incluso la exportación.

Sherbatli advirtió sobre el posible estancamiento del comercio, aunque también opinó que la campaña "es de interés público por cuestiones de seguridad y para frenar los abusos laborales".

El Gobierno saudí inició a principios de noviembre una intensa campaña de persecución y detención de inmigrantes irregulares con el objetivo de "luchar contra los infractores de la ley de residencia y trabajo".

Aunque la intención de las autoridades es aumentar la contratación de trabajadores locales, expulsando la mano de obra extranjera sin papeles, empresarios como Luay consideran que ha habido una mala gestión en un país donde la tasa de desempleo ronda el 12 por ciento.

Uno de los sectores más afectados por la campaña es el de la construcción, debido a su gran dependencia de los trabajadores temporales y estacionales.

De hecho, los inversores calculan que los costes en ese sector aumentarán en torno al 50 por ciento, según un informe publicado en los medios.

La Comisión Nacional de Contratistas saudí ha pedido "flexibilidad" en las inspecciones de trabajo para mitigar los daños económicos y ha propuesto excluir de la campaña a las empresas constructoras "por la escasez de trabajadores y la subida de salarios en un 30 por ciento".

"Considerar que los trabajadores temporales son unos delincuentes es muy perjudicial para los grandes proyectos que dependen de ese tipo de empleados", dijo el presidente de la comisión, Fahd el Hamadi.

A largo plazo, las previsiones de los expertos varían sobre las consecuencias de la persecución al inmigrante irregular.

El economista Abdelhamid Amari expresó a Efe su optimismo y consideró que estas medidas serán positiva para la economía local, con el argumento de la desaparición de la economía sumergida.

"Los impuestos que pagan los trabajadores no se corresponden con sus ingresos reales, ya que suelen declararse cantidades menores y eso supone economía sumergida", dijo.

Las remesas de los trabajadores extranjeros superaron los 33.000 millones de dólares el pasado año en el país, mientras que los costes laborales se estiman en 23.300 millones de dólares, según cifras oficiales publicadas por el Ministerio de Trabajo saudí.

Mostrar comentarios