Absuelven a Mangouras de delitos principales y le condenan por desobediencia

  • El tribunal que ha juzgado la catástrofe medioambiental provocada por el hundimiento del petrolero Prestige en noviembre de 2002 frente al litoral gallego ha absuelto al capitán del buque, el griego Apostolos Mangouras, de los principales delitos de los que se le acusaba aunque le ha condenado a nueve meses de prisión por desobediencia.

A Coruña, 13 nov.- El tribunal que ha juzgado la catástrofe medioambiental provocada por el hundimiento del petrolero Prestige en noviembre de 2002 frente al litoral gallego ha absuelto al capitán del buque, el griego Apostolos Mangouras, de los principales delitos de los que se le acusaba aunque le ha condenado a nueve meses de prisión por desobediencia.

El presidente del tribunal, Juan Luis Pía, ha explicado durante la lectura de la sentencia que esta condena se debe a la actitud mostrada por el capitán en las primeras horas tras sufrir el accidente el 13 de noviembre de 2002 y su negativa a seguir las indicaciones de las autoridades marítimas españolas.

El propio Mangouras reconoció durante la vista oral que lo primero que hizo fue ponerse en contacto con su armador -"como habría hecho cualquier marino"- antes de tomar cualquier decisión, aunque recalcó que una vez que se comprobó que el petrolero no podría ser rescatado su colaboración fue total.

El tribunal ha absuelto a Mangouras y al jefe de máquinas, su compatriota Nikolaos Argyropoulos, al igual que al otro acusado en el proceso, el ex director general de la Marina Mercante José Luis López Sors de los delitos contra el medio ambiente de los que se les acusaba.

Según la sentencia, no existe responsabilidad penal y el accidente se produjo por un fallo estructural cuyo origen "nadie puede precisar".

Juan Luis Pía ha subrayado durante la lectura de la sentencia la "imposibilidad de atribuir responsabilidades" por el siniestro, aunque sí ha considerado probado un fallo estructural en el petrolero y un "mantenimiento deficiente".

El 19 de noviembre de 2002, tras seis días a las deriva frente a Fisterra (A Coruña), el Prestige, que operaba bajo bandera de Bahamas, se partió en dos y se hundió provocando un inmenso vertido de fuel que anegó las costas de Galicia y afectó a más de 1.700 kilómetros de litoral, desde Portugal hasta Francia.

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