AI denuncia abusos de Kenia a la comunidad somalí en operación antiterrorista

  • Amnistía Internacional (AI) denunció hoy los múltiples abusos sufridos por la comunidad somalí a manos de la Policía de Kenia durante su última operación antiterrorista, en la que hubo "extorsiones, malos tratos y expulsiones ilegales".

Nairobi, 27 may.- Amnistía Internacional (AI) denunció hoy los múltiples abusos sufridos por la comunidad somalí a manos de la Policía de Kenia durante su última operación antiterrorista, en la que hubo "extorsiones, malos tratos y expulsiones ilegales".

"Parece que la operación está siendo utilizada como un pretexto para encubrir un castigo a la comunidad somalí en Kenia", alertó en un comunicado la directora regional de AI para África, Michelle Kagari.

Así, AI documentó una ola "preocupante" de graves violaciones de los derechos humanos sufridas desde que Kenia inició a principios de abril un operativo de seguridad que, según las autoridades, pretendía detectar a extranjeros en situación irregular y arrestar a los sospechosos de participar en actividades terroristas.

La mayoría de las más de 4.000 detenciones realizadas por la Policía se concentraron en el barrio de Eastleigh, en Nairobi, donde la mayoría de los residentes son refugiados y demandantes de asilo somalís.

Amnistía aseguró no tener conocimiento de que un solo somalí detenido durante estas redadas haya sido acusado de delitos relacionados con el terrorismo, por lo que, en opinión de Kagari, los somalís se han convertido en la "cabeza de turco".

Además, la organización documentó "numerosos casos de palizas, intimidación, extorsión y acoso sexual a manos de las fuerzas de seguridad" durante la operación policial.

"También nos han hablado de otros dos casos en los que niños pequeños murieron como resultado de la operación de seguridad", señaló AI.

La organización también denunció que un total de 359 somalís fueron deportados y más de 1.000 reubicados a la fuerza en campos de refugiados abarrotados e inseguros en el norte de Kenia, entre los que se encuentran algunos niños que fueron separados de sus madres.

A raíz de los últimos atentados terroristas en el país, el Gobierno de Kenia ordenó a todos los refugiados somalís abandonar las zonas urbanas y regresar a los dos campamentos habilitados para ellos en el norte y el este del país.

"Kenia está violando su propia constitución y el derecho internacional al someter a la comunidad somalí a expulsiones ilegales y tratos crueles, inhumanos y degradantes con el pretexto de su operación antiterrorista", denunció Kagari.

De los 550.980 refugiados somalís presentes en Kenia, unos 50.800 viven en Nairobi, de acuerdo con los datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Mostrar comentarios