Alemania, un modelo de formación profesional para Andalucía

  • La orientación laboral que reciben los jóvenes en los institutos a veces no guía adecuadamente a los alumnos, que en ocasiones se sienten perdidos ante la falta de información, algo que quiere evitar una iniciativa recién implantada en dos ciudades andaluzas conocida como "el modelo alemán".

Natalia Forero

Málaga, 29 nov.- La orientación laboral que reciben los jóvenes en los institutos a veces no guía adecuadamente a los alumnos, que en ocasiones se sienten perdidos ante la falta de información, algo que quiere evitar una iniciativa recién implantada en dos ciudades andaluzas conocida como "el modelo alemán".

El colegio El Pinar, ubicado en Alhaurín de la Torre (Málaga), ha incorporado en su programa de orientación profesional este modelo de la Fundación Bertelsmann, con el objetivo de perfeccionar las estrategias de orientación ya existentes.

"Se trata de nutrirnos de ese programa, optimizarlo y sistematizarlo, y crear un modelo de calidad", comenta María Jesús Luque, una de las cuatro especialistas que componen el equipo de coordinación encargado del seguimiento y supervisión de este proyecto "innovador" desarrollado en El Pinar.

Según Luque, el programa favorece al desarrollo a largo plazo del futuro trabajador ayudándolo a adquirir capacidades, habilidades, estrategias o herramientas para que "una vez que salga del sistema educativo y se enfrente con el mundo laboral, sepa actuar ante él".

Los alumnos de tercero y cuarto de ESO, y primero y segundo de Bachillerato de este instituto participan en la puesta en marcha del "proyecto piloto" que ya está implantado en la comunidad de Madrid, Cataluña y Andalucía, donde se han establecido dos sedes, una en la parte occidental de la comunidad como es Sevilla, y otra en la zona oriental, en este caso Málaga.

Dentro de "la guía de orientación profesional coordinada" se trabaja con "cuatro dimensiones de calidad" establecidas por cada centro educativo, y en el caso de este colegio malagueño, la primera dimensión trata la actividad en clase y pone en común conocimientos aprendidos en las asignaturas.

De esta forma se pretende "utilizar las propias áreas curriculares como la geografía o la economía, y todas las áreas y asignaturas que se puedan dar en esta etapa, para esa actividad futura laboral" señala la especialista.

En segundo lugar, se encuentra la dimensión extracurricular donde se integran elementos que "no son propios de las asignaturas, pero tienen que ver, en parte, con elementos curriculares como un taller de comportamiento", ha señalado Luque.

Las otras dos dimensiones están vinculadas con la relación del sistema educativo, con las empresas privadas y con entidades como diputaciones, ayuntamientos o delegaciones.

Luque pone un ejemplo "en la clase de Lengua se usa la unidad temática de literatura, sin embargo, se imparte la clase, se hace el examen y ya", para esta psicóloga el proyecto trata de usar esa misma clase para usar sus conocimientos en el mundo laboral.

"Tratando diferentes áreas temáticas e integrando otras parcelas, genera una motivación en el alumno que buscará e investigará dentro de sus intereses su ámbito laboral".

Para los centros el hecho de tener una ayuda externa que les ayude a ampliar la misión de orientación que ellos tienen, "siempre es positivo", puntualiza María Jesús Luque.

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