Así se libra la batalla de Fukushima

  • A oscuras, con mascarillas y alumbrando el interior de las salas de control con sus linternas. Las imágenes de los trabajadores de la central de Fukushima nos permiten asomarnos por primera vez a la lucha que estos hombres libran contra los reactores desde hace dos semanas. Con la ayuda de los informes técnicos, las imágenes, y dos operadores de centrales nucleares españolas, reconstruimos la odisea que viven estos trabajadores para evitar una catástrofe.
A.M.Ron

En la imagen hay dos trabajadores bajo la luz de una linterna, llevan mascarillas y trajes protectores y examinan un plano mientras hablan por teléfono. Están en el interior de una de las salas de control de la central nuclear de Fukushima, que ha quedado a oscuras desde que el terremoto de intensidad 9 y el posterior tsunami de diez metros inutilizaran los generadores auxiliares de la central, hace ahora dos semanas.

"Viendo las imágenes", nos asegura un operador de una central nuclear española, "se te ponen los pelos como escarpias". "Es la sensación más angustiosa que puedes tener en una sala de control", explica, "no por la oscuridad en sí, sino porque sabes lo que significa, y significa que no tienes nada para hacer frente a tu trabajo, no tienes disponibilidad de tus equipos de salvaguardias, pero además has perdido toda la información sobre la planta. Es una de nuestras pesadillas".

Al igual que muchos de sus compañeros, los dos hombres de la imagen han sobrevivido al mayor terremoto de la historia del país, a un tsunami de diez metros, varias explosiones de hidrógeno y fugas radiactivas que obligaban a retirarse y evacuar la central durante horas. "Nos estamos quedando sin agua. Siento que me va a dar algo", decía el mensaje de uno de los trabajadores a su esposa hace unos días, cuando el mundo permanecía en vilo a la espera de que estos nuevos "héroes" controlasen un monstruo que podía dejar escapar una dosis letal de radiación.

A estas horas hay más de 500 trabajadores dejándose la piel en la central nuclear de Fukushima, se ha restablecido parte del suministro eléctrico y empiezan a tener más datos sobre lo que sucede dentro de los reactores, pero en los peores momentos llegaron a ser apenas 50, no tenían luz en las salas de control y estaban prácticamente a ciegas respecto a las condiciones de presión y temperatura en las vasijas. ¿Cómo han sido estas dos semanas de pesadilla en la central?

Comienza la cuenta atrás

La batalla comenzó el 11 de marzo a las 14.46 (hora local) cuando el mayor terremoto de la historia de Japón sacudió las instalaciones. En apenas 40 minutos, y mientras comprobaban los daños que había provocado el seísmo, un tsunami de diez metros se saltó la barrera de contención dispuesta frente al mar e inutilizó los generadores eléctricos de los reactores. A partir de ese momento comenzó una carrera por controlar la situación, sin electricidad, con escasísimos datos de lo que estaba sucediendo en el interior de los reactores y con posibilidades muy limitadas para refrigerarlos.

"Sin tensión de instrumentación y control", nos explica otro jefe de sala de una central española, "es imposible saber en qué condiciones se encuentra el reactor. Estamos a ciegas. Podemos prever, por las Guías de Gestión de Accidentes Severos, que contienen multitud de curvas y estimaciones, en qué condiciones aproximadas se puede encontrar el núcleo, en función de los parámetros previos al accidente, como el momento del ciclo, nivel de potencia, temperatura media, concentración de boro, etc. Pero son sólo estimaciones, lógicamente". "La pérdida total de corriente supera los DBA (accidentes base de diseño)", nos afirma otro trabajador nuclear, "por tanto, no hay procedimientos para tal cosa. Puedes hacer frente a una pérdida total de corriente alterna o continua, pero no de las dos a la vez y menos durante tanto tiempo. Estamos entrenados para estas situaciones, pero no para la que se les ha dado a ellos".

Con la información que tenían, la primera maniobra de los trabajadores de Fukushima fue tratar de aliviar la presión de los reactores, y los técnicos empezaron a realizar venteos controlados. El aumento de la temperatura hizo que empezaran a generarse acumulaciones de hidrógeno en el edificio externo y provocó una sucesión de explosiones en los primeros días en los reactores que dañaron los edificios de contención y dejaron más de una decena de trabajadores heridos y un trabajador muerto por la caída de una grúa.

Durante estos primeros instantes la única solución era intentar inyectar agua del mar en los reactores para refrigerarlos a toda costa. Como fallaban los generadores que alimentaban el sistema de refrigeración principal, los ingenieros buscaron soluciones alternativas. "Empezaron a usar unas bombas de contraincendios alimentadas por motores diesel, equipos muy comunes en todas las centrales", nos indica uno de los operadores españoles. "El sistema contraincendios se suele alimentar del mar o del río que refrigeran a la central. El caudal no es excesivo, pero la presión acostumbra a ser de unos 8 kg/cm2, suficiente para ir inyectando agua y refrigerar el núcleo de alguna forma". A ello se sumaron los esfuerzos por refrigerar los reactores con cañones de agua y vertiendo agua desde helicópteros militares.

Otra batalla paralela era la del restablecimiento eléctrico. En las imágenes publicadas este miércoles podemos ver a los trabajadores encaramados en las líneas eléctricas junto a los reactores, tratando de recomponer el suministro eléctrico que el tsunami se llevó por delante. Con electricidad, los equipos pensados para este tipo de emergencias empezarían a funcionar y permitirían refrigerar de manera adecuada antes de la fusión total del núcleo.

Como las salas de control estaban a oscuras, los ingenieros también se desplazaron a un edificio contiguo desde donde se están dirigiendo las operaciones y donde se encuentra el "núcleo duro" del equipo de trabajo. "Todas las centrales tienen una sala autónoma que permite trabajar a un amplio número de personas para hacer frente a la emergencia fuera de la sala de control", nos explican los operadores. "Estas salas tienen comunicación directa con la sala de control, con los organismos oficiales, así como con los medios de apoyo (policía, bomberos, etc), dispone de servicio sanitario propio, raciones de comida como en el ejército, abundante agua y un sistema de climatización protegida por filtros. En España se suelen llamar por sus siglas: CAT (centro de apoyo técnico)".

Situación actual

En este momento, según informa The Wall Street Journal, en la central se distinguen básicamente dos grupos de trabajadores: los 60 "imprescindibles", en su mayoría ingenieros y entre los que se encuentra el director de la central, viven allí de modo casi permanente, en un edificio "fuertemente protegido". Ellos llevan allí desde el principio, en una improvisada sala de control general.

El resto de trabajadores son tan imprescindibles como los 60, aunque se han llevado menos titulares. Se trata de bomberos, electricistas, miembros de las fuerzas de autodefensa y demás operarios que han luchado para refrigerar los reactores y restablecer el suministro de electricidad. Ellos trabajan por turnos y salen de la zona cuando la radiación aumenta. Cuando entran una zona donde hay radiactividad más alta - se monitoriza al minuto-  van equipados con trajes protectores, mascarillas y medidores de radiación. Cuando acaban su labor, se retiran a descansar en un campamento situado dentro de un campo de fútbol a 20 kilómetros de la central, justo en el límite de exclusión decretado por el gobierno para evitar que la radiación afecte a los ciudadanos.

Como han contado ya varios medios, a través del testimonio de sus familiares, no todos los trabajadores que entran en Fukushima son mano de obra especializada. Muchos son simples trabajadores que no tienen conocimientos sobre la energía nuclear a los que ha reclamado la compañía. Del total de trabajadores en el complejo, la compañía Tepco tiene 330 trabajadores en la central y otros 224 pertenecen a otras compañías que cooperan en el mantenimiento de la central, como la empresa Hitachi, que ha enviado más de un centenar de sus hombres a la central.

Primeros "contaminados"

Según cifras oficiales, hasta la fecha hay un fallecido (un operario al que le cayó una grúa) y 17 trabajadores que han resultado expuestos a una radiación por encima de la dosis permitida. Durante los picos de radiactividad, según fuentes oficiales, se ha evacuado a los trabajadores de las zonas de peligro y los trabajos se han organizado por turnos para evitar que nadie permanezca expuesto a la radiación más de lo aceptable, pero no siempre ha sido posible.

Este jueves, por ejemplo, dos operarios tuvieron que ser hospitalizados después de resultar expuestos a una radiación muy alta y sufrir quemaduras en los pies. Tres hombres trabajaban en la oscuridad para extender unos cables eléctricos cerca del reactor 3 e introdujeron sus pies en agua fuertemente contaminada. Dos de ellos que no llevaban botas con protección y quedaron expuestos directamente al agua. "Se ha barajado que los trabajadores ignoraron la alarmas de sus medidores de radiación por creer que los datos eran falsos y continuaron trabajando con los pies hundidos en agua contaminada", ha señalado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). El diario japonés The Asahi Shimbun apunta, en cambio, a que los trabajadores no habían recibido instrucciones sobre el calzado. La preocupación ahora es determinar de dónde viene esa agua, aunque desde TEPCO se asegura que la vasija del reactor 3 no está dañada.Parte de bajas

El parte de bajas de la central, actualizado este mismo viernes, da una idea aproximada de los peligros a los que se han enfrentado los trabajadores de la central:

- Dos trabajadores de una firma colaboradora heridos durante el terremoto y trasladados al hospital el 11 de marzo.

- Cuatro trabajadores heridos y trasladados al hospital tras una explosión con humo blanco en los alrededores del reactor 1 el 11 de marzo.

- Aún se desconoce si dos trabajadores de TEPCO estaban en las instalaciones el día 11.

- Un empleado de TEPCO que era incapaz de mantenerse en pie, transportado al hospital el 12 de marzo.

- Un trabajador subcontratado encontrado inconsciente y trasladado al hospital el 12 de marzo.

- La exposición a una radiación que trabajaba en un reactor por encima de 100 mSv obliga a trasladarlo al hospital.

- Dos trabajadores de TEPCO se sienten mal tras una operación en las salas de control de las unidades 1 y 2 y son trasladados a otra central para revisión médica.

- Once trabajadores heridos y trasladados después de una explosión en el reactor tres, 14 de marzo.

- Un trabajador herido el 22 de marzo tras trabajar en el panel de electricidad de la piscina principal.

- Un trabajador que transportaba el mismo panel resulta herido y es trasladado el 23 de marzo.

- Tres trabajadores resultan expuestos el 24 de marzo a una radiación superior a 170 mSv. Dos de ellos tienen la piel de las piernas contaminada, los tres han sido trasladados.

ACTUALIZACIÓN:Más datos sobre las condiciones de trabajo en la central de Fukushima (29-3-11)

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