Benedicto XVI se reúne con niños africanos abandonados y enfermos

  • Benedicto XVI se reunió hoy en Cotonú con unos 200 niños, algunos enfermos y otros amparados en un centro de religiosas, los cuales le recordaron a los niños soldados que hay en África, a los explotados con fines económicos, a los maltratados y los eliminados por estar enfermos.

Cotonú, 19 nov.- Benedicto XVI se reunió hoy en Cotonú con unos 200 niños, algunos enfermos y otros amparados en un centro de religiosas, los cuales le recordaron a los niños soldados que hay en África, a los explotados con fines económicos, a los maltratados y los eliminados por estar enfermos.

El papa pidió por los niños que padecen hambre y enfermedades, y sufren la guerra y sus consecuencias.

La primera audiencia del pontificado concedida especialmente a los niños, como fue denominada por Aicha Hounsouou, que habló en nombre de todos los pequeños, se celebró en la parroquia de Santa Rita, que alberga un centro de acogida de las Misioneras de la Caridad, de la Madre Teresa de Calcuta, y asistieron padres y cuidadores de los menores.

Benedicto XVI recordó el día de su primera comunión y señaló que fue uno de los más bonitos de su vida, "no por los vestidos, los regalos o el banquete de fiesta", sino porque en ese día recibió por primera vez a Jesús.

"Queridos niños, no dudéis en hablar de Jesús a los demás. Es un tesoro que hay que compartir con generosidad", afirmó el papa, que recordó la figura de san Kizito, un niño ugandés de 13 años que fue asesinado porque quería vivir según el bautismo que acababa de recibir.

San Kizito forma parte del grupo de los 22 santos mártires de Uganda, pajes y funcionarios del rey de Buganda (que hoy forma parte de Uganda) convertidos al catolicismo por los misioneros de los Padres Blancos y que fueron asesinados entre noviembre de 1885 y enero de 1887 por haber abrazado el cristianismo.

Benedicto XVI regaló un rosario a cada uno de los niños y les dijo que es muy fácil rezarlo y que si no sabían, se lo pregunten a sus padres.

"Cuando los tengáis en vuestras manos podréis rezar por el papa, la Iglesia y todas las intenciones importantes", subrayó.

Tras el encuentro con los pequeños, el papa se reúne y cena con los obispos de Benin.

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