Tras ser reparado en puerto

El barco volverá al punto donde hallaron el cuerpo de Olivia para buscar a Anna

El 'Ángeles Alvariño' sufrió una avería cuando estaba rastreando una zona  próxima al Puerto Deportivo Marina Tenerife, donde Tomás Gimeno tenía atracada su lancha, la cual fue encontrada vacía y a la deriva.

El buque Ángeles Alvariño
El buque Ángeles Alvariño
EFE

El buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño' saldrá hoy de nuevo a buscar a la pequeña Anna y su padre Tomás Gimeno y lo hará desde el punto en el que el pasado jueves aparecía el cuerpo de Olivia dentro de una bolsa y amarrada al ancla. En el día de ayer el barco tuvo que dirigirse a puerto por una avería tras trece días consecutivos de rastreo en la zona y hoy está previsto que se reanuden las maniobras. 

La avería barco del Instituto Español de Oceanografía (IEO), equipado con un radar de barrido lateral y un robot submarino, se produjo cuando el 'Ángeles Alvariño' se encontraba realizando rastreos en una zona más próxima al Puerto Deportivo Marina Tenerife, donde Tomás Gimeno tenía atracada su lancha, la cual fue encontrada vacía y a la deriva el día después de que se produjera su desaparición junto a sus dos hijas.

En torno a las ocho y media de ayer el buque oceanográfico se vio obligado a regresar a puerto tras la citada avería. El delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, informó el pasado viernes de que la búsqueda de Anna y Tomás seguiría, al menos, hasta este lunes y no descartó que estuviera más días si fuera necesario.

Carta de la madre

Beatriz Zimmermann, madre de las pequeñas, escribía ayer una carta en la que destacaba que se conozca el significado de la 'violencia vicaria' como consecuencia de la muerte de sus hijas y espera que a partir de este trágico suceso las leyes "se pongan más duras protegiendo a los niños". También solicita que el 27 de abril, día de la desaparición de sus hijas, se conmemore el Día Nacional del Niño.

"Ellos no tienen por qué cargar con esa mochila y si el amor se acaba, lo más importante es el bienestar de los hijos. Si hay maltrato en los progenitores hay que ser muy tajantes porque los niños no pueden estar creciendo viendo violencia. Los niños son el futuro y es muy importante que crezcan observando un ambiente de respeto, paz, amor y tranquilidad", afirma Beatriz.

La carta comienza con un mensaje de agradecimiento a todas aquellas personas que han estado "en corazones y rezos" con las niñas y con Beatriz, acompañando "todos los días" desde que desaparecieron y ofreciendo "todo el amor y ayuda para que tuviera un final feliz". "Desgraciadamente no fue así, sufriendo en dolor el acto más monstruoso que una persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos".

Por ello, Beatriz desea que la muerte de Anna y Olivia no haya sido en vano y sostiene que "aunque ahora sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, no sea para traer más sufrimiento a mundo, sino todo lo contrario; que trascienda en amor para los niños en forma de protección, educación y respeto".

Considera que gracias a sus niñas "muchos padres miran ahora a sus hijos de otra manera y valoran mucho más el amor y los momentos diarios de las cosas simples". "Ese maravilloso día a día que tanto echo de menos. Lo que yo daría por peinarles el pelo. Ese simple acto ahora mismo es lo que más desearía", asevera.

La carta continúa diciendo que ellas son ahora "dos ángeles que han venido al mundo enseñando una gran lección a costa de su vida" y deja claro que, como madre, va a luchar "en contra de estas injusticias y el bienestar de los niños. Por ellas y por todos los niños".

Beatriz resalta que Anna y Olivia "estaban llenas de amor". "Todos los días yo les decía a cada momento que las amaba muchísimo. A Olivia le decía: Oli, tengo un problema. Ella me respondía: Sí, mami, ya lo sé. Que me quieres demasiado. Y ella sonreía".

"Los niños son nuestra responsabilidad", subraya Beatriz, quien lamenta "en el alma" no poder haber salvado la vida de sus hijas. "Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas de la mano y morir juntas. Pero eso no pudo ser porque Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida. Esa fue la razón por la que dejarme a mí con vida y, por supuesto, él no quedar como el mayor asesino de la historia. Aquí la justicia salió a la luz".

Beatriz destaca en su carta que gracias "a toda la energía enviada en este caso tan desgarrador, a todo el amor que pusieron, sucedió el milagro de encontrar a Olivia y que la verdad se conociera". Reconoce que cuando le dieron la noticia se le vino "el mundo encima". "Por muy duro que sea, por lo menos ahora puedo llorar su pérdida y sentirlas a mi lado a cada momento; sentirlas cuando me despierto, cuando desayuno, todo el día, hasta que me acuesto".

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