Búsqueda contrarreloj de miles de desaparecidos por el temblor en Japón

  • Tokio.- Los equipos de rescate trabajan hoy contra el reloj para buscar a supervivientes en las zonas afectadas por el terremoto en el noreste de Japón, donde la cifra de muertos continúa aumentando y se cree podría alcanzar varios miles de personas.

Búsqueda contrarreloj de miles de desaparecidos por el temblor en Japón
Búsqueda contrarreloj de miles de desaparecidos por el temblor en Japón

Tokio.- Los equipos de rescate trabajan hoy contra el reloj para buscar a supervivientes en las zonas afectadas por el terremoto en el noreste de Japón, donde la cifra de muertos continúa aumentando y se cree podría alcanzar varios miles de personas.

Aunque el recuento oficial es de 1.833 fallecidos y 2.369 desaparecidos, la agencia Kyodo informó del hallazgo de unos 2.000 cadáveres en la costa de la provincia de Miyagi, la más afectada por el seísmo del viernes pasado, de 9 grados de magnitud en la escala Richter, y el tsunami que generó.

La agencia nipona habla también de 5.000 víctimas entre muertos y desaparecidos, pero sus datos no fueron confirmados por el Gobierno, que contabiliza unos 15.000 rescatados.

Otros 200 o 300 cuerpos sin vida también se han localizado bajo los escombros pero todavía no han podido ser recuperados en la ciudad de Sendai y no se tienen noticias desde el viernes de 8.000 vecinos de Otsuchi, una comunidad costera de la provincia de Iwate.

Hasta 10.000 personas también podrían haber perdido la vida en Misamisanriku (Miyagi), pero en ese caso las autoridades investigan si lograron escapar a tiempo y refugiarse en el vecino pueblo de Tome.

Unos 100.000 militares japoneses, ayudados por cientos de voluntarios extranjeros especialistas en salvamento, siguen peinando la zona devastada en busca de víctimas atrapadas en las ruinas de edificios o arrastradas mar adentro por la ola gigante de diez metros de altura.

A los socorristas se unió esta mañana una brigada de agentes de protección civil, ingenieros y perros adiestrados enviada por México, uno de los 91 países que han ofrecido ayuda al Gobierno nipón.

Por su parte, Estados Unidos retiró a 17 pilotos de helicóptero tras detectar que habían sufrido una "baja cantidad" de contaminación radiactiva procedente de la central de Fukushima, donde se han producido dos explosiones cerca de reactores.

Tokio anunció que llamará a filas a miles de reservistas para reforzar a las tropas y agilizar el reparto de la ayuda a los damnificados, la primera vez que esto sucede en una situación de crisis nacional.

Los equipos de rescate siguen viendo dificultada su labor por las constantes réplicas, que no cesarán durante esta semana y cuya intensidad podría llegar hasta los 7 grados, de acuerdo a la Agencia Meteorológica de Japón.

También les traba el enorme grado de destrucción en localidades enteras transformadas en gigantescas montañas de piedras, trozos de madera y vigas de hormigón arrancadas de cuajo por la fuerza del maremoto, que dejó parcialmente inundados pequeños pueblos del litoral.

El seísmo dañó total o parcialmente más de 63.000 edificios, 561.000 líneas telefónicas y 221.000 conexiones a Internet, según el Departamento de Control de Desastres.

Los daños en carreteras e infraestructuras en el noreste de la isla de Honshu también están haciendo pasar un calvario a los evacuados, que aguantan con resignación largas filas para recibir la ayuda que llega en cuentagotas por tierra, mar y aire.

Hasta 2,6 millones de personas están sin electricidad, más de tres millones no tienen acceso a agua potable y faltan comida, aceite para cocinar y otros artículos básicos, según datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA).

"No tenemos nada para comer o beber y ninguna información", lamentó el alcalde de Ishinomaki, Hiroshi Kameyama, en declaraciones a la televisión NHK.

Esa población de 165.000 habitantes en la provincia de Iwate es una de las decenas casi aisladas por las dificultades en el transporte de asistencia por caminos prácticamente intransitables por grietas, socavones, árboles caídos y puentes derrumbados.

La mayoría de sus residentes son parte de los más de 500.000 desplazados que llevan tres noches durmiendo a oscuras en refugios por la carencia de suministro eléctrico.

OCHA indicó que las necesidades más urgentes son comida fresca, agua potable y medicamentos, pero también mantas y gas para encender las estufas con las que resguardarse del intenso frío y hasta nieve que cae por la noche.

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