Cardenal hondureño aboga por la paz en el mundo en viacrucis en Tegucigalpa

  • El cardenal hondureño, Oscar Andrés Rodríguez, abogó hoy durante el viacrucis del Viernes Santo en Tegucigalpa por la paz en el mundo y señaló que en su país muchos cargan la cruz de la pobreza, la inequidad, la corrupción y de la injusticia.

Tegucigalpa, 6 abr.- El cardenal hondureño, Oscar Andrés Rodríguez, abogó hoy durante el viacrucis del Viernes Santo en Tegucigalpa por la paz en el mundo y señaló que en su país muchos cargan la cruz de la pobreza, la inequidad, la corrupción y de la injusticia.

"Cuántas tumbas más necesitamos para comprender que la violencia no es el camino, cuántas lápidas y ataúdes nos hacen falta para comprender el llamado que Jesús nos hace a vivir en el amor", expresó Rodríguez, tras recordar a las miles de personas que han muerto por conflictos en diversas regiones del mundo.

Agregó que son muchos los inocentes que durante los últimos años han perdido la vida en Irak, Afganistán; El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Colombia, México y Venezuela, por problemas internos como el narcotráfico, la violencia y "tantas guerras absurdas".

En el caso de Honduras, el prelado, que además es el arzobispo de Tegucigalpa, señaló que muchos "son condenados por el sanedrín de la corrupción", mientras que los marginados "siguen viviendo el viacrucis del hambre, de la sed, de la pobreza, de la inseguridad y de la violencia".

"Los más humildes y vulnerables son expuestos a un camino de tortuoso dolor a causa de la inequidad y de la insaciable corrupción", enfatizó Rodríguez.

En cada una de las catorce estaciones del viacrucis con el que se recuerda la pasión y crucifixión de Cristo, Rodríguez hacía alusión al comportamiento del ser humano y sus pecados, y el daño que le causa a sus semejantes y al planeta con la destrucción de los recursos naturales.

"Ahora sabemos que los nuevos traidores somos nosotros, cuando te besamos con falsedad para disfrazar las verdades que no deseamos que se sepan, cuando en vez de depositar nuestra confianza en ti, acudimos al horóscopo, a la lectura de las cartas, a la adivinación o a la brujería", remarcó el cardenal frente a una imagen de Jesús crucificado.

Rodríguez también criticó a quienes dicen amar la vida, pero aceptan el aborto, y a los que hacen alarde de una "intachable rectitud", mientras en la frente llevan "la señal imborrable del engaño y de la mentira".

Dijo que oraba por los corruptos hondureños, no para señalarlos con ningún dedo acusador, ni condenarlos con severidad, ni para amenazarlos con juicios temerarios, sino para llamarlos a que reconozcan el plan de salvación de Dios que también les incluye a ellos.

"Les rogamos, conviértanse, crean en el evangelio, los millones de lempiras que años tras año se pierden sin dejar huella, no le concederán la salvación a nadie porque a Dios no se le compra con dinero, al Señor le importan nuestros actos de amor y nuestras buenas obras de caridad y de misericordia", acotó.

Durante el viacrucis también se abogó por los niños, mujeres y ancianos desprotegidos, por los inmigrantes que en busca de salarios dignos viajan principalmente a Estados Unidos y entre los que algunos pierden sus extremidades al caer de trenes; por los jóvenes organizados en pandillas y la violencia que vive Honduras.

"Honduras está cansada del derramamiento de sangre inocente así como de la generalizada y escandalosa desigualdad social", expresó Rodríguez.

Además, deploró la explotación irracional del bosque que acaba con las fuentes de agua y dijo que "algunas empresas mineras siguen contaminando ríos y envenenando a nuestros niños", mientras "la fauna desaparece y donde estaban jardines ahora encontramos chimeneas".

"Nuestro planeta se recalienta, los océanos pierden su hábitat; qué estamos haciendo Señor con la tierra que nos diste por morada, acaso la condenamos a muerte, acaso queremos quemar nuestra propia casa. Las heridas de tu piel son la erosión de nuestras montañas", indicó entre otras cosas el religioso hondureño.

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