Celli:"la cultura digital es hoy el mayor desafío para la iglesia"

El arzobispo presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, Claudio Maria Celli, abordó hoy, en el 'Fórum Europa. Tribuna Euskadi', la cuestión de la cultura digital y las nuevas formas y canales de comunicación y dijo que el mayor desafío de la Iglesia está en la "capacidad de dialogar con los hombres y las mujeres que viven en este contexto cultural”.


Durante su intervención en el citado encuentro informativo organizado en Bilbao por Nueva Economía Fórum, Celli recordó que el contacto con la tecnología se produce desde la niñez y esta circunstancia “no solo es una cuestión instrumental sino que toca mi visión de la vida”, por ello opina que la Iglesia debe ser capaz de conectar y dialogar con el hombre y la mujer de hoy en este ambiente y asumir “poco a poco” este tipo de cultura nueva.
El presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales hizo también hincapié en que el tipo de lenguaje que ha usado la Iglesia tradicionalmente necesita una “revisión” y una actualización con el fin de adecuarse al que emplea la gente diariamente, con el fin de obtener una mayor eficacia comunicativa.
En su intervención, el responsable del equipo de trabajo más cercano al Papa, narró cómo enseñó a Benedicto XVI a lanzar su primer tuit y la trascendencia histórica que supuso para la comunicación entre la Iglesia y la sociedad. También mencionó la presencia eclesial en otras redes sociales y canales de comunicación digitales como Youtube o Facebook.
Celli recordó que el Papa Francisco cuenta ya con más de 22 millones de seguidores en twitter -10 millones de ellos de habla hispana- y que cuenta con uno de los ratios más altos de retuiteo, por lo que se estima que entre 60 y 200 millones de personas reciben en sus mensajes en sus 'smartphones'.
Por otra parte, el prelado alertó sobre la “desertificación espiritual” que a su juicio afecta al hombre e instó a “ser conscientes de lo que está pasando”. “Estamos absorbidos por la vida y existe una secularización muy fuerte que hace que la persona no sólo se aleje de la religión sino del propio sentido de la vida; hemos perdido el sabor mismo de la vida”. A su juicio, se trata de un problema cultural que deja de lado los gestos de amor y cariño hacia las personas cercanas.