Colombia despide a los rehenes asesinados y las FARC culpan al Gobierno

  • Los tres policías y un militar asesinados por las FARC el pasado sábado tras tenerlos por lo menos diez años secuestrados tuvieron hoy un conmovedor funeral en Bogotá, mientras la organización guerrillera culpaba en un comunicado al Gobierno de su "trágico desenlace".

Elisa Barragán Méndez

Bogotá, 29 nov.- Los tres policías y un militar asesinados por las FARC el pasado sábado tras tenerlos por lo menos diez años secuestrados tuvieron hoy un conmovedor funeral en Bogotá, mientras la organización guerrillera culpaba en un comunicado al Gobierno de su "trágico desenlace".

Los féretros con los cuerpos del coronel Édgar Yesid Duarte, el mayor Elkin Hernández y el intendente Álvaro Moreno, los tres de la Policía, y del sargento de Ejército, José Libio Martínez, fueron recibidos por el obispo de la localidad de Engativá, Héctor Gutiérrez Pabón, quien ofició la misa de funeral en la catedral primada.

El obispo exigió a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que liberen a los once uniformados que aún tienen como rehenes y les pidió que los devuelvan "sanos, que sanos se los llevaron".

El funeral estuvo encabezado por el presidente Juan Manuel Santos, su esposa, María Clemencia Rodríguez, decenas de policías, altos mandos y familiares de los rehenes, así como parte del gabinete ministerial.

Al finalizar la homilía, los familiares de los fallecidos, se dirigieron a los medios de comunicación, entre ellos, Johan Steven Martínez, de trece años e hijo de José Libio Martínez, quien se ha convertido en uno de los iconos nacionales contra el secuestro

Martínez se dirigió a su padre, al que nunca conoció, y agradeció a Colombia su apoyo durante los casi catorce años que sufrió el cautiverio de su progenitor: "yo sé que, desde dónde mi papi esté, me va a estar apoyando, me va a mandar toda su bendición y agradezco a Colombia por este apoyo, por haber orado junto a mí; gracias Colombia por ese apoyo".

Otra de las víctimas de este suceso es la hija del coronel Édgar Yesid Duarte, Viviana, quien al igual que Martínez no tuvo la oportunidad de conocer a su padre, secuestrado en Puerto Rico, departamento del Meta (sur), el 10 de julio de 1999.

"Con el dolor del alma, me duele decirlo y sé que va a sonar fuerte pero si los hubieran rescatado (liberado), se hubieran echado todas las flores y habrían dicho: sí, nosotros los rescatamos", sentenció Viviana Duarte y añadió: "y como no los rescataron, ahorita lo niegan y dicen que no es un rescate".

Poco después del funeral, las FARC, en su primera manifestación pública sobre el hecho, responsabilizaron hoy en su página web al presidente Santos y al alto mando militar del fallecimiento de los cuatro rehenes, y aseguraron que iban a liberarlos cuando se produjo el ataque militar al campamento donde estaban.

"Denunciamos ante la opinión nacional y mundial que tal hecho (intento de rescate) obedeció al afán del presidente Santos y el alto mando militar por impedir su inminente liberación unilateral", señaló el comunicado fechado el 28 de noviembre.

Este grupo armado afirma en el comunicado que iban a liberar a estos tres policías y al militar en respuesta a una solicitud hecha en agosto de este año por un grupo de mujeres de todo el mundo, entre las que se incluye la exsenadora colombiana Piedad Córdoba.

El mismo sábado en que los cuatro fueron asesinados por la espalda y de cerca, según han confirmado hoy los forenses que hicieron las autopsias, Colombianos y Colombianas por la Paz, organización liderada por Córdoba, publicó en su sitio web la carta que recibieron de las FARC el 25 de noviembre con el anuncio de una pronta liberación de seis secuestrados.

"En tres de los casos, los impactos de armas de fuego se dieron en el cráneo y en el tórax" y "los residuos de pólvora indican que los disparos se hicieron a una distancia menor a metro y medio", señaló el informe divulgado hoy por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Bogotá.

El único superviviente de la masacre fue el sargento Luis Alberto Erazo, secuestrado el 9 de diciembre de 1999, hace casi doce años, quien huyó en el momento en que empezó el fuego y pudo acudir a las tropas después de estar varias horas herido y escondido en la selva del departamento del Caquetá (sur).

En estos momentos, Erazo se recupera de sus heridas en el Hospital Central de la Policía Nacional en Bogotá.

Al finalizar su comunicado, las FARC propusieron al Gobierno "dialogar sobre un acuerdo que permita el canje de prisioneros y abra las compuertas a la paz", pues "es una necesidad histórica por la que clama Colombia". EFE

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