"Calentar previamente el agua, sin el producto, a un mínimo de 70 grados, verterlo y enfriar en el biberón poco a poco", crucial para evitar enfermedades relacionadas con los preparados en polvo para lactantes.
Una tesis doctoral de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), ha determinado que resulta efectivo realizar este proceso para evitar la presencia de Cronobacter sakazakii, un microorganismo patógeno que puede generar meningitis de alta mortalidad y secuelas graves en bebés recién nacidos. El investigador, Juan Pablo Huertas Baquero, también recomienda que el producto no ingerido por el bebé no sea conservado, ya que "la bacteria ha demostrado tener mecanismos genéticos bastante resistentes de respuesta al estrés".
"El principal objetivo de esta tesis fue conocer la respuesta de los microorganismos en los alimentos cuando son sometidos a los tratamientos térmicos que se aplican habitualmente en la industria alimentaria", explica Alfredo Palop, director de la investigación junto a Arturo Esnoz.
Además de los descubrimientos de la tesis, los investigadores construyeron un intercambiador de calor a escala piloto que reproduce los tratamientos térmicos que se emplean habitualmente en la industria alimentaria. Este intercambiador, a diferencia de los que se utilizan en el sector, permite obtener información en todo momento del proceso del comportamiento de la población microbiana.
Con los resultados obtenidos con el intercambiador de calor y con la adición de antimicrobianos naturales se podrá avanzar en el campo de los tratamientos térmicos, mejorando así la calidad del producto. Además la reducción de gasto energético puede ser notable a la par que garantiza la seguridad alimentaria.Meningitis en recién nacidos
La meningitis es una inflamación de las meninges, membranas que recubren el cerebro y médula espinal. La enfermedad que contrae a través de un virus (meningitis aséptica) o de bacterias, y afecta a bebés desde el nacimiento hasta 2 o 3 meses. La denominada 'meningitis neonatal' puede resultar muy grave, llegando a causar sordera, discapacidad intelectual y hasta la muerte.
En bebés mayores y niños, cuando la meningitis se contrae a través de un virus, resulta por lo general más leve y desaparece por sí sola en unos diez días. Sin embargo, la meningitis bacteriana ataca rápidamente y es muy grave.
Detectar la meningitis en sus fases primarias puede resultar complicado, ya que sus síntomas varían según el caso. En líneas generales podríamos hablar de fiebre, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz o rigidez en el cuello. Sensibilidad a la luz, inapetencia, irritabilidad o inflamación de la zona blanda craneal son otros de los rasgos que la enfermedad puede presentar.
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