Comunicadores y lingüistas reivindican el papel del periodismo social, “no como cuarto poder, sino como contrapoder”


Comunicadores y lingüistas defendieron este lunes el rol revitalizador del periodismo social como “contrapoder”, expresión máxima de “sensibilidad social” y “altavoz de los más desfavorecidos”, como respuesta a la creciente pérdida de credibilidad y confianza de los periodistas por parte de la sociedad.
De ello se habló en la primera jornada del II Seminario de Comunicación Social y Accesibilidad que reunió en el Campus de Fuenlabrada de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) a más de doscientos estudiantes de Periodismo, convocados por la Universidad, la Agencia Servimedia y la Fundación Vodafone España, y que inauguraron Antonio García Jiménez, decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, y Fernando Vilches, director del Seminario.
El redactor jefe de Servimedia y coautor de ‘Periodismo social’, Libro de estilo de la agencia de noticias, Luis Miguel Belda, postuló por el compromiso del periodista en el ejercicio de su profesión, por “dar un paso más allá” que, sin hacerle perder su capacidad crítica, sin pervertir el rigor, la independencia y la objetividad que se espera de su trabajo, tampoco se muestre indiferente.
“Un compromiso que debe comenzar por uno mismo”, explicó Belda, y que pasa por que los periodistas creamos en lo que hacemos y, además, lo sintamos; porque al compromiso en el ejercicio del periodismo hay que sumar el sentimiento, lo que sentimos, la empatía, ponerse en el lugar del protagonista del hecho informativo, sin sensiblerías, pero con el firme propósito de no permanecer al margen”.
Ligando con esta idea, en su ponencia ‘La apuesta de la URJC por los estudios universitarios sobre Comunicación y Accesibilidad’, el catedrático de Lengua Española de la URJC, Ramón Sarmiento, afirmó que “no hay nada más importante que ser comunicador”, y que, pese a la delicada situación que atraviesa el sector del periodismo, “hay futuro”.
Detalló que las lenguas “reflejan la conducta social”, razón por la que una de las tareas del comunicador social es la de “detectar los estereotipos” y desechar los negativos. Hizo suya la definición que hace del concepto ‘comunicación social’ el diccionario suizo de política social, que lo define como “el conjunto de actores de la comunicación destinados a modificar las representaciones, comportamientos y solidaridades” y cuyos objetivos serían “modificar las ideas o comportamientos”.
En su opinión, “lo que la sociedad necesita ahora no es información”, de la que hay un exceso, “sino comunicación y comunicadores que interpreten los datos desde la competencia, y por eso se necesita no solo formación, también sensibilidad: el periodismo social tiene que manifestarse en la sensibilidad de la noticia”, enfatizó.
Eduardo Fernández, director de ‘El Periódico de las Fundaciones’, cuya ponencia tituló ‘La responsabilidad ética del periodista’, señaló que la actitud ética “es un deber” para el periodista y apeló al ejercicio permanente de la responsabilidad ética como fuente de inspiración de su quehacer diario.
Comentó que la sociedad actual “está desorientada”, pero advirtió que “la regeneración no debe hacerse de la mano de la clase política”, sino desde la base social, en cuyo seno el periodista juega un papel relevante. En este sentido, citó el último estudio del CIS, que escenifica la pérdida de credibilidad de los periodistas entre los ciudadanos.
“Si hay compromiso político, no hay verdadero periodismo”, dijo Fernández, quien manifestó su convencimiento de que el periodista “está en condiciones de ayudar a las personas más desfavorecidas y más aún en esta crisis”. “El periodismo no ha de ser el cuarto poder, sino el contrapoder”, sentenció.
"LAS REDES SOCIALES HAN LLEGADO PARA QUEDARSE"
El community manager y redactor jefe de la revista ‘Perfiles’, Chema Domènech, explicó de qué modo gestiona Servimedia las redes sociales, de las que advirtió que “no son fuentes (de información), pero sí lugares en los que encontrar fuentes”. También aseveró que las redes sociales “no son una moda: han llegado para quedarse”.
De igual modo, aludió al movimiento SOSdiscapacidad, que supuso la entrada en el ámbito de las redes sociales del mundo de la discapacidad, lo que condujo Servimedia.
Por último, Alberto Hernando García-Cervigón, profesor contratado doctor de la URJC, se preguntó si es sexista la lengua española y, si es así, si merece la pena luchar por cambiar la estructura gramatical del español.
Durante su intervención trató de demostrar que no, aunque reconoció que la sociedad es aún “desgraciadamente machista” y que el lenguaje refleja esta circunstancia. De todos modos, enjuició que “no es del todo cierto que el sexismo social se vincule necesariamente” con un supuesto “sexismo lingüístico”.
Por otra parte, a fin de evitar la reiteración de fórmulas, presuntamente igualadoras, del tipo ‘alumnas y alumnos’, ‘profesoras y profesores’, consideró “incoherentes soluciones artificiosas” las propuestas de ‘el alumnado’ o ‘el profesorado’, que, recordó con ironía, “son sustantivos de género masculino”.
Porque, en su opinión, “no hay que confundir género gramatical con sexo” y, al respecto, citó lo que apunta el Diccionario Panhispánico, que indica que “las palabras no tienen sexo, pero sí género, mientras que los seres vivos tienen sexo y no género”.

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