Con Blázquez, los obispos españoles apuestan por el consenso

  • La elección de Ricardo Blázquez como jefe de los obispos españoles supone la apuesta por el consenso y por un hombre que conoce los entresijos de la Iglesia local y que se siente en sintonía con los nuevos tiempos marcados por el papa Francisco.

Juan Lara

Madrid, 12 mar.- La elección de Ricardo Blázquez como jefe de los obispos españoles supone la apuesta por el consenso y por un hombre que conoce los entresijos de la Iglesia local y que se siente en sintonía con los nuevos tiempos marcados por el papa Francisco.

El hecho de que el arzobispo de Valladolid haya logrado el voto de 60 de los 79 prelados con derecho a elegir al sucesor del cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, demuestra que tienen plena confianza en este teólogo sencillo y cercano, que ya dirigió la Iglesia española entre 2005 y 2008 y es visto como el hombre que puede dirigirla de nuevo con un estilo diferente, más abierto, que el de Rouco Varela.

Algunos obispos, como el de Palencia, Esteban Escudero, ya le ven como "una especie de papa Francisco para la Iglesia de España" y el hombre que puede atraer una "corriente de simpatía" hacia la Iglesia en una sociedad como es la española que, en la línea con la europea, está cada vez más secularizada y con algunos sectores que pretenden reducir la religión al ámbito privado.

Blázquez es un teólogo reconocido, amigo de Rouco Varela y bien visto en el Vaticano. Benedicto XVI le encargó que investigara, junto a otros prelados, a los Legionarios de Cristo tras el escándalo del fundador, Marcial Maciel, castigado por el papa Ratzinger por abusos sexuales y la triple vida oculta que llevó.

Con 72 años, a Blázquez le quedan tres para presentar como es preceptivo, la renuncia al papa. El mismo tiempo del mandato recibido hoy al frente de la Conferencia Episcopal Española.

Ello le permitirá ejercer con tranquilidad, sin presión y siguiendo las líneas de Francisco. Ya hoy en su primer discurso abogó por una Iglesia "abierta para los más desvalidos", esa iglesia "pobre y para los pobres" con la que sueña el Papa jesuita con corazón franciscano.

Para que no queden dudas, mostró su "comunión", unidad, con el papa Bergoglio, y en la misma línea que el papa venido del fin del mundo recordó que la Iglesia apuesta por los pobres.

El tiempo que se abre para la Iglesia española tendrá que ir en consonancia con el marcado por Francisco. Todas las miradas de Blázquez irán hacia Roma, para ver las medidas que toma el Pontífice.

Las reformas que prepara Francisco se esperan de calado, aunque, aparte de la de las instituciones financieras de la Santa Sede, que ya se conocen y apuestan por la transparencia, las otras, especialmente la reforma de la Curia Romana, aún no están definidas.

En ese terreno tendrá que moverse Blázquez, para tomar unas medidas y unos cambios que desea la sociedad actual.

Hoy ya ha dejado muy claro que la parte doctrinal no se toca y ha defendido, en la misma línea de la Iglesia de siempre, la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

Igual sobre el matrimonio, entre un hombre y una mujer, como defiende la Iglesia, y la defensa de la familia, pilar básico de la sociedad.

Blázquez también está considerado un hombre que conoce la pluralidad de Estado, aprendida en su etapa como obispo de Bilbao.

De ahí que su elección haya sido favorablemente acogida por la clase política y algunos de sus dirigentes, como el socialista Eduardo Madina, han expresado su deseo de que "marque diferencias" con Rouco Varela y sepa "leer bien qué momento histórico está viviendo la sociedad española".

Mientras tanto, este tiempo de mandato servirá para los otros prelados que han sido votados, sobre todo Carlos Osoro, de 69 años, (arzobispo de Valencia) y el arzobispo castrense Juan del Río, de 67 años, para prepararse para dirigir -sí sus hermanos en el episcopado así lo desean- a la Iglesia dentro de tres años.

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