Conseguir una cátedra, el doble de fácil para los hombres


Un hombre tiene 2,5 veces más posibilidades de acceder a una cátedra universitaria que una mujer con la misma antigüedad y con los mismos méritos profesionales.
Así lo declaró a Servimedia la directora de la Unidad de Mujeres y Ciencia (UMYC) del Ministerio de Ciencia e Innovación, Inés Sánchez de Madariaga, quien lamentó que “solo el 15% de las cátedras españolas son ocupadas por mujeres", frente al 18% del resto de la UE o el 27% de los Estados Unidos.
Según la experta, “esta segregación vertical se da en todas las áreas de especialización, incluidas aquellas muy 'feminizadas', como la Medicina o las carreras de letras”.
"De hecho, Medicina lleva muchos años con mayoría de mujeres (se ha llegado al 70% de alumnas) y hay campos como pediatría o ginecología donde no hay ninguna catedrática”, manifestó Sánchez de Madariaga.
También apuntó que “a esta segregación vertical hay que añadir una segregación horizontal, puesto que las mujeres se concentran en determinadas carreras y están infrarrepresentadas en las ingenierías y en ciertas disciplinas científicas, como la Física".
Este es el principal asunto de estudio que expertas de todo el mundo han analizado en el congreso internacional "Las Mujeres y las TIC", que se ha celebrado esta semana en Barcelona organizado por la Universidad Ouberta de Cataluña (UOC).
Para Sánchez de Madariaga, “la ausencia de una masa crítica de mujeres” (que los expertos calculan en torno al 30%) en puestos de responsabilidad en determinadas profesiones “hace que las demás perciban estos campos como muy masculinizados y, en general, hostiles para ellas”, y de ahí que no los elijan.
La discriminación existe en toda la Universidad y en el sistema científico también “de manera mucha veces inconsciente”, de forma que al evaluar a una mujer se le valora peor por el simple hecho de serlo.
Por eso, la Ley de la Ciencia impondrá la composición paritaria de las comisiones de evaluación, explicó Sánchez de Madariaga, “pues está demostrado que cuando no hay paridad, la discriminación es mayor”.
Según señaló, en el CSIC las comisiones encargadas de la contratación y promoción del personal cumplen esta característica, y se ha conseguido alcanzar un 23% de mujeres en los puestos de máxima responsabilidad en cinco años.
Sin embargo, “esto debe ser un compromiso de todos”, prosiguió la experta, pues “hace falta sensibilizar, que se conozca el problema y que se aborde”.
Además, pidió colaboración a los medios de comunicación, para que “difundan una imagen más positiva de la ciencia, pues existe un estereotipo cultural de lo que es ser ingeniero que hay que cambiar”.
“Si las niñas en la ESO o Bachillerato ven este sector muy masculinizado y piensan que los científicos son gente rara y que no se arregla, escogerán otros estudios”, sentenció.
Por último, señaló que esta infrarrepresentación femenina “supone un sesgo de género en la producción de conocimiento y en los usos que de él se hacen y es un despilfarro que el país no se puede permitir”.

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