Crucial controlar impacto radiactivo mar Fukushima, según investigador Ciemat

  • El aumento "sustancial" de la radiactividad del agua de mar en las inmediaciones de los reactores de Fukushima, observado desde julio, hace imprescindible mantener el impacto restringido a esta área y reducirlo, ha subrayado el investigador Luis Enrique Herranz, que visitó el emplazamiento meses atrás.

Madrid, 1 sep.- El aumento "sustancial" de la radiactividad del agua de mar en las inmediaciones de los reactores de Fukushima, observado desde julio, hace imprescindible mantener el impacto restringido a esta área y reducirlo, ha subrayado el investigador Luis Enrique Herranz, que visitó el emplazamiento meses atrás.

Según la operadora de la planta, Tokyo Electric Power (Tepco), la zona afectada por esa descarga se encuentra en una zona muy limitada asociada a las unidades (1, 2, 3 y 4) de Fukushima dañadas por el seísmo y tsunami de 2011.

En cualquier caso, "es crucial mantener el impacto restringido a esa extensión y reducirlo tanto como sea factible", ha añadido Herranz, que dirige la Unidad de Investigación en Seguridad Nuclear del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), en una entrevista con Efe.

Su equipo está involucrado en el proyecto internacional (BSAF), cuyo objetivo es conocer a través de simulaciones cómo evolucionó el accidente de Fukushima y cuál es la ubicación actual del combustible nuclear fundido. Esta información ayudará en las tareas de desmantelamiento.

Hoy, Tepco informó de que ha detectado altos niveles de radiación en tres tanques de almacenamiento de agua contaminada y una de las tuberías que lo conectan, que podrían deberse a nuevas filtraciones.

El 28 de agosto pasado, Japón elevó al nivel 3 la gravedad de una fuga de 300 toneladas de agua radiactiva. (La categoría 3 de la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (de 0 a 7) se define como un "incidente serio").

Durante la entrevista, Herranz ha explicado que el examen de las medidas radiactivas en Fukushima muestra que desde marzo de 2011 la contaminación por isótopos como el Cesio 137 en el agua de mar había bajado notablemente, hasta niveles permitidos según la legislación.

Pero semanas atrás se observaron "oscilaciones" de estas medidas hasta que se constató una tendencia creciente de las mismas en las localizaciones próximas a los puntos de descarga de radiactividad desde las unidades dañadas.

El investigador del Ciemat ha recordado que la estabilización de los reactores dañados requirió la puesta en marcha de circuitos de refrigeración cerrados con el propio agua inyectada durante el accidente.

Para ello se toma agua de los edificios de las unidades, se la somete a una descontaminación radiactiva y la retirada de otras sustancias que podrían ser nocivas para equipos, componentes y sistemas, y se retorna de nuevo a la central.

Así se pretenden limitar los volúmenes de agua contaminada a gestionar durante el proceso de desmantelamiento y descontaminación.

Esta tecnología existe y se implantó de forma inmediata tras el accidente.

Actualmente llegan al emplazamiento 400 toneladas de agua natural subterránea, no contaminada, procedente de las montañas.

Al respecto, explica Herranz, Tepco está implantando un sistema mediante el que, al menos 100 toneladas de esa agua, se pueda bombear de nuevo a las montañas previa comprobación de que sus niveles radiactivos corresponden a los naturales.

Así se reduce la cantidad de agua entrante en el emplazamiento y, al bajar su nivel, se trataría de evitar que las 300 toneladas restantes se contaminaran y liberaran al mar.

A estas medidas recientes se añaden otras previstas en el plan de actuación que Tepco, como la fijación del suelo marino contaminado mediante la adición de compuesto químicos, el drenaje del agua contaminada y el sellado de las vías de escapa hacia el océano desde las unidades o la construcción de una pared impermeable que aísle el emplazamiento del resto del océano.

"Estas medidas requieren tiempo y aunque siempre es deseable la mayor optimización posible, la actividad de Tepco hacia la restauración de la zona es incuestionable".

Concluye que "siempre es deseable" que todas estas actividades sean supervisadas por el organismo nacional para la seguridad nuclear y organizaciones supranacionales.

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