Diez claves de Supernanny para superar la rebeldía de la adolescencia con éxito

    • Esta psicóloga y directora del centro Biem desvela a este periódico que la clave para superar la adolescencia sin volvernos locos está en "negociar, negociar y negociar".
    • Lo más importante es no perder los nervios, negociar, poner normas y límites que sean flexibles ante los esfuerzos y nunca entrar al trapo en las discusiones y pullas.
Rocío Ramos-Pául, más conocida como Supernanny
Rocío Ramos-Pául, más conocida como Supernanny

De un día para otro te das cuenta que tu hijo dulce y cariñoso se ha perdido en algún sitio y de repente tienes en casa a un jovencito contestón y rebelde que no hace caso a nada. No te preocupes, nadie se ha llevado al niño de tus ojos sino simplemente es que ha entrado en la temida adolescencia.

Rocío Ramos-Paul, más conocida como Supernanny, ha publicado un libro junto a su compañero Luis Torres que explica cómo enfrentar situaciones habituales con los adolescentes como el primer novio o novia, el alcohol y las drogas, el acoso escolar, el fracaso académico o la fijación con salir con los amigos.

Esta psicóloga y directora del centro Biem desvela a este periódico que la clave para superar la adolescencia sin volvernos locos está en "negociar, negociar y negociar".

Los padres tienen que comprender "que deben hacer cesiones y ser flexibles si el joven cumple con las responsabilidades que se le piden día a día", explica supernanny. Esto es algo que les cuesta y se enfadan mucho alegando que "siempre consigue lo que quiere, siempre se sale con la suya o bajo mi techo pongo yo las normas".

Ramos hace mucho hincapié en que la hormona siempre gana y los conflictos con gritos y malas expresiones no sirven de nada con los adolescentes. "La adolescencia de ahora es muy parecida a la de hace 50 años", explica entre risas la psicóloga. Todos se caracterizan por esa rebeldía, pasotismo e impulsividad que pone de los nervios a los padres, que muchas veces sienten que pierden el control de sus hijos.

El conflicto es normal en esta etapa de desarrollo de los jóvenes aunque para los progenitores es difícil en muchas ocasiones. "Lo más importante es no perder los nervios, negociar, poner normas y límites que sean flexibles ante los esfuerzos y nunca entrar al trapo en las discusiones y pullas".

Supernanny nos enseña 10 situaciones con las que muchos padres tienen que lidiar en el día a día de sus pequeños rebeldes y ofrece soluciones para salir airosos de los conflictos.

1. El primer encuentro con el alcohol. A todos los jóvenes les llega el día en que les entra curiosidad por el alcohol. Todos hemos pasado por ello. A ningún padre le hace gracia imaginarse a su hijo con una copa en la mano pero es una fase de la adolescencia.

Ramos explica que es una actividad de grupo y entre ellos se empujan a probarlo. "Hay que ser tajantes con este tema ya que el adolescente no tiene control para saber hasta dónde puede llegar, aun sabiendo que tienen que experimentar. Tienen que saber que hay consecuencias", explica.

La prevención es uno de los puntos fuertes para que el adolescente sepa qué es el alcohol y desde bien pequeños, adaptando el discurso a su lenguaje dependiendo de la edad, hay que hablar con ellos al igual que de las drogas o las relaciones sexuales.

"Prohibirlo no es la solución porque el grupo de amigos le va a demandar que lo haga, lo que hay que hacer es intervenir sobre las responsabilidades. Si cumple con ciertas cosas, podrá salir, pero si llega borracho, se le retiran privilegios", destaca supernanny.

2. Los porros aparecen en su vida: Casi todos los jóvenes pasan por la experiencia de probar a qué sabe y que pasa cuando se fuma un porro. Pero hay que distinguir si esto es puntual, ocasional o habitual.

La psicóloga recomienda no exagerar ante el descubrimiento e incidir más en las consecuencias que se pueden aplicar. "Has llega tarde y con los ojos rojos, mañana no podrás salir"; "Si vuelves todos los días del colegio en el mismo estado en el que te fuiste, el viernes podrás quedar hasta las 12"; "El hachís que hemos encontrado en el bolsillo cuesta dinero y suponemos que lo has pagado con lo que te damos así que esta semana y la que viene te rebajaremos la paga".

Si se esfuerza y cumple las normas que se le han ido imponiendo podrá empezar a ganar de nuevo privilegios, ganando otra vez su confianza.

3. El primer móvil y las nuevas tecnologías. En la época en la que vivimos es imposible impedir que los niños pidan un móvil pero si se puede retrasar la edad. Además, se pueden pedir esfuerzos para conseguirlos como tener buenas notas en el próximo trimestre o realizar las tareas de casa asignadas durante un tiempo establecido.

También es importante establecer las bases del uso del aparato con el adolescente antes de que caiga en sus manos: cuando podrá usarlo, cómo se pagarán las facturas o la posibilidad de poner contraseñas al teléfono. "Hay que procurar enseñarles un buen uso del móvil para que luego no haya disgustos mayores".

4. Acoso escolar. Los padres tienen que observar las reacciones de sus niños para detectar si vive algún problema fuera de casa. Suelen ser los primeros en detectar las situaciones de acoso y lo más importante es dejarle claro que le apoyan, que él no es la víctima y que van a solucionar los problemas.

Siempre hay que poner en conocimiento del colegio la situación que vive el adolescente y cambiarla radicalmente para que pueda volver a convivir con sus compañeros libre del miedo y la tensión que provoca un acosador.

5. Fracaso académico. No hay que asustarse si en algún momento el adolescente baja su rendimiento en las clases. Supernanny recuerda que no es algo raro entre los jóvenes que están en el instituto y no hay que hacer un drama por los suspensos.

"Tienen mucho en qué pensar", -dice entre risas Ramos-, "novias y novios, los planes del próximo fin de semana, las fiestas, lo que pasó ayer en el parque,…". Su mente en ocasiones está tan abarrotada de cosas "más interesantes" que dejan de lado los estudios.

Lo que hay que hacer es motivarles de nuevo. Si se les propone pequeños premios y reconocimientos si consiguen ciertas metas, es más fácil que el muchacho o muchacha vuelva a adquirir el hábito de estudio como por ejemplo si aprueba el siguiente examen ese fin de semana podrá salir hasta más tarde o si aprueba todo el trimestre podrá asistir al campamento de fútbol que tanto desea.

También en este momento se puede descubrir si a nuestro hijo le gusta estudiar o no. "Si realmente no quiere estudiar, lo que hay que hacer es bajar las expectativas de los padres para que no impongan algo que deben decidir su hijos".

6. Primer novio o novia. La adolescencia también es una etapa en la que los adolescentes comienzan a ensayar las relaciones de pareja y perfilan sus caracteres de lo que proyectarán en el futuro.

Ramos señala que conocer a la pareja está bien porque podemos establecer "comunicación con ella, sabemos con quién está y conocemos su entorno, podemos observar qué modelo de pareja están generando o cómo se portan el uno con el otro. Además así seguro que podemos acompañar el primer desengaño que es durísimo".

Otro cantar es el tema de llevarla a dormir a casa. "Esto hace unos años ni se nos pasaba por la cabeza pero en la actualidad los jóvenes son más atrevidos por la situación en la que viven". Si en una casa no se conciben las relaciones prematrimoniales está claro que la norma es inflexible pero en otras ocasiones se puede establecer periodos con los hijos como las vaciones o fines de semana excepcionales.

Supernanny recomienda tener en cuenta la edad de los chicos, el tiempo de relación y cómo se comportan el uno con el otro.

7. ¡Solo piensa en salir con sus amigos! Su reciente 'libertad' les entrega tal cantidad de novedades en su día a día que les hace obnubilarse. Ramos apunta que los padres tienen que estar vigilantes, pero sin invadir su espacio.

Por ello las claves están en negociar y pedirles responsabilidades para que se 'ganen' el salir con sus amigos.

8. Adiós a los castigos eternos. La especialista y directora del centro Bien destaca que los castigos eternos no sirven para nada. "Nos cargamos algo que bien gestionado nos puede servir como premio. Es mejor decir de momento que el móvil lo tendrán los fines de semana hasta que no se mejore en el instituto".

Los castigos largos al final se levantan de un día para otro y los progenitores pierden credibilidad. Además los jóvenes tienen una capacidad muy alta de adaptación y si se les quita una cosa durante mucho tiempo acaban encontrando otro entretenimiento que lo sustituya.

9. No me gustan sus amigos. Los cambios de grupo de amigos son normales en estas edades y es probable que alguno de ellos no nos termine de encajar. En estas situaciones puede ser bueno empezar por invitarles a casa, permitir que hagan alguna fiesta o comida en casa y, por otro lado, fomentar que haga amigos en otros grupos apuntándole a actividades nuevas.

10. Lo prohibido es más interesante. Prohibir a los adolescentes es un gran error que cometen los padres ya que lo vedado o 'ilegal' se hace más deseable y atractivo para ellos.

"Si le prohíbes salir con tal amigo, te acabará mintiendo y lo hará escondidas", asegura Ramos.Las niñas son más hirientes que los niños

Las niñas en estas edades suelen ser más hirientes con los padres que los niños. Ramos explica que "van más adelantadas socialmente porque se les empuja a ello y son más habilidosas en las relaciones y dinámicas. Pero también hacen más daño verbalmente, sobre todo a las madres".

Los chicos suelen ir más retrasados en este sentido y se les empuja a ser "más brutotes y pasotas", señala Supernanny.

La especialista apunta que una de las cosas más importantes en esta época no es entrar al juego de los adolescentes. "La hormona siempre gana", asegura entre risas.

No hay que entrar al trapo en un conflicto porque el joven "siempre grita más, discute más o pega el portazo más fuerte" y con ello solo se consigue el disgusto y enfado de los padres y del hijo sin llegar a ninguna solución.

Lo que hay que plantearse es que "o soy el adulto y necesita control emocional, yo me tengo que retirar en el momento de enfado, porque si me meto, no sé dónde vamos a llegar".

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