Ébola. Paciencia melgar: “teresa romero es una gran mujer por su generosidad y entrega”


La misionera Paciencia Melgar, curada del ébola, compareció este lunes en rueda de prensa para "suplicar a los países influyentes que se involucren en la lucha contra el ébola", porque "el ébola, no es un problema de África". Asimismo, expresó la alegría que siente por la recuperación de Teresa Romero, que al igual que ella ha superado la enfermedad. “Teresa Romero es una gran mujer por su generosidad y entrega”, destacó la religiosa guineana.
La misionera, que desde hace 29 años pertenece a la congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, destacó en su compareciencia ante los medios que "no guardo rencor a nadie por no haber venido antes a España cuanto tenía el virus", ya que "Dios escribe derecho en renglones torcidos". Como se recordará el Gobierno español no quiso repatriarla con García Viejo porque no era ciudadana española, aunque Melgar ha donado en dos ocasiones sangre, ya que contiene anticuerpos del ébola, para que se pueda utilizar en España.
En este sentido, confesó, que no sabe si los médicos españoles han utilizado su sangre para curar a Romero. "Lo importante es que ella se ha salvado".
Asimismo, lamentó que no se hubiera trasladado con más celeridad al segundo misionero español infectado, Manuel García Viejo. "Creo que si hubiera llegado antes, quizás se podría haber salvado" y se deshizo en elogios hacia el personal sanitario del Hospital La Paz-Carlos III. "Son muy buenos profesionales, generosos, competentes, amables, simpaticos..."
Describió con crudeza la situación que se vive en Liberia, el país en el que ella vivía y en donde se contagió del virus, el país en donde se registra el mayor porcentaje de muertes por infección de ébola. "Urge la ayuda internacional. Los hospitales, las escuelas, las empresas están cerradas. Todos podemos aportar nuestro granito de arena. He dejado allí a mucha gente que sigue sufriendo por esta epidema. Mujeres que mueren por falta de asistencia caundo están dando a luz porque hay miedo de que puedan contagiarse".
Reconoció que cuando estalló la epidemia en el mes de julio, "en Liberia sabíamos muy poco de las vías de contagio. Yo intentaba protegerme, pero el traje da mucho calor. Un día se me cayeron las gafas, te las tienes que colocar bien porque no ves, y tal vez por eso, por los ojos, por la nariz, la boca, puede penetrar el virus. No tuve miedo de decir que estaba contagiada, tenía serenidad. Estuve una semana en casa, haciendo la vida normal, hasta que me llevaron al hospital de aislamiento" y se curó.
También narró los casos de estigma social que se están dando en África. "He observado que en Liberia las personas que han superado esta enfermedad, al volver a su hogar tienen problemas de estigmatización. Los vecinos no creen que estén recuperados, huyen de ellos, les señalan y de hecho hay una señora que se recuperó, que se dedicaba a vender y ahora nadie le compra y no sé como sobrevivirá".

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