Amparado en la medida, el presidente Rafael Correa dispuso la "movilización (...) con el fin de ejecutar las acciones necesarias e indispensables para la atención de estado de excepción por los efectos" de El Niño, sin dar más detalles.
El mandatario ya declaró en agosto pasado un polémico estado de excepción por 60 días, que incluía la censura previa, para atender una posible emergencia por la actividad eruptiva del volcán nevado Cotopaxi, al sur de Quito.
El anunciado este miércoles no se prevé polémico, pues no se refiere a censura previa.
El texto indica que el ministerio de Finanzas proporcionará los recursos suficientes para atender la situación de emergencia y advierte que, de acuerdo con la Marina, el Pacífico ecuatoriano muestra un aumento del nivel del agua que "pone en riesgo infraestructuras cercanas a la línea de playa".
La Constitución ecuatoriana faculta a Correa a decretar el estado de excepción en caso de agresión, conflicto armado, grave conmoción interna, calamidad pública o desastre natural, así como suspender derechos ciudadanos como la inviolabilidad de domicilio.
Además puede ordenar la recaudación anticipada de tributos, utilizar fondos estatales públicos destinados a otros fines, disponer censura previa para los medios de comunicación, disponer el empleo de la fuerza pública, y cerrar puertos, aeropuertos y fronteras.
La medida será por un máximo de 60 días, con la posibilidad de ser ampliada por un mes adicional.
El actual fenómeno de El Niño, que genera un aumento de la temperatura del Pacífico, es uno de los más virulentos desde 1950 y debería reforzarse hasta fin de año, provocando según las regiones inundaciones y sequías, advirtió el lunes un organismo de la ONU.
"Las graves sequías y las inundaciones devastadoras que se están experimentando en las zonas tropicales y subtropicales caracterizan el presente episodio de El Niño, el más fuerte registrado desde hace más de 15 años", afirmó el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Michel Jarraud.
Las autoridades ecuatorianas están preocupadas por una eventual erupción del Cotopaxi, que se despertó en agosto después de 140 años y es uno de los más peligrosos de Sudamérica por la cantidad de gente que vive a su alrededor.
SP/jm/HOV
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