El brazo egipcio del grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado, asegurando haber colocado una bomba dentro del aparato, que se estrelló con sus 224 ocupantes, todos muertos.
Rusia anunció que sus investigadores enviados a Egipto llegaron a la conclusión de que fue un atentado. Los expertos interrogados, unánimes, validaron esta hipótesis, apoyándose en la interrupción repentina y sin alerta previa de los datos de ambas cajas negras, y en la extrema dispersión de los restos del avión.
"De momento, la comisión de investigación técnica no ha recibido nada que apunte a un acto ilícito o terrorista", declaró el lunes el ministerio egipcio de Aviación Civil en un comunicado.
"La comisión prosigue con sus trabajos, en el marco de las investigaciones técnicas", agregó.
El 31 de octubre, un Airbus A-321 de la compañía rusa Metrojet se estrelló, apenas 23 minutos después de despegar de la localidad egipcia de Sharm el Sheij, en el sur de la península del Sinaí.
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