El bar de la residencia de León "no es el de la tele", pero agota El Niño

  • Jessica García no es Antonio, el propietario del bar del anuncio de televisión de la Lotería de Navidad, ni su establecimiento "es el de la tele", a pesar de que, entre bromas, algunos clientes hayan intentado obtener hoy uno de los décimos que ayer dejaron seis millones en la humilde pedanía de Armunia (León).

Luis Vidal Huerga

León, 23 dic.- Jessica García no es Antonio, el propietario del bar del anuncio de televisión de la Lotería de Navidad, ni su establecimiento "es el de la tele", a pesar de que, entre bromas, algunos clientes hayan intentado obtener hoy uno de los décimos que ayer dejaron seis millones en la humilde pedanía de Armunia (León).

Jessica es la propietaria, junto a su pareja, de la cafetería de la residencia de ancianos de la localidad, que vendió a residentes del centro, sus familias, trabajadores y vecinos, muchos de ellos de etnia gitana, los trescientos décimos del 7.617, uno de los dos cuartos premios del sorteo.

"Sí que ha venido alguno a ver si hay algún décimo guardado por ahí, pero no. Se han acabado todos", ha ironizado hoy Jessica García en declaraciones a Efe detrás de la barra de su bar, donde muchos de los gitanos que obtuvieron premios daban "gracias al Señor" por la suerte tras una noche de "fiesta hasta las tantas".

Apenas "sin dormir", hoy madrugó como siempre para abrir la cafetería, que comenzó a regentar el pasado mes de mayo, porque "la lotería ayuda, pero tampoco es para dejar de trabajar", ni siquiera si hubiera tocado El Gordo, porque "hay que seguir trabajando", ha asumido.

Ella ya tiene el dinero de su décimo "en el banco" para "pagar algunas deudillas, que se tienen como todo el mundo" y para "ahorrar un poco", después de haber repartido mil millones de las antiguas pesetas en una de las zonas más desfavorecidas de la capital.

Ayer, tras recibir la noticia del premio, en esta cafetería nadie quiso perder la ocasión de comprar a Jessica el número que tenía a la venta para el Sorteo del Niño, el 55.142, que ya está agotado.

"A ver si la administración me da más y si conseguimos que vuelta a caer un pellizquito, aunque no sea tan grande como este, que no hay tanta suerte", ha comentado.

"Fenomenal, le ha tocado a mi prima y a mi hermano, así que mientras toque a los familiares, yo lo veo bien", ha comentado Toli Castro a pie de la barra de la cafetería, que no compró ningún décimo, pero que ha celebrado igualmente el premio para el barrio.

"Me dijeron que había tocado ayer. ¡Pero si yo voy todos los días por allí! No coincidió que llegara a tiempo", ha lamentado por su parte otro de los clientes que no compraron, Donaciano Lozano, quien reconoce que es "poco aficionado" a la Lotería.

"Esto es cosa del Señor", ha comentado por su parte uno de los gitanos que no compró porque "se habían acabado" y que, junto con otros dos amigos, ha acudido hoy a tomar café, como es habitual, a la cafetería de Jessica.

"Estamos sin un duro mucha gente. Somos gente de mercadillos, sin trabajo, gente mayor y juventud sin nada. Me alegro por esa gente, aunque es un billetico que no es nada, con el que se debe más que lo que tienes", ha señalado.

A su lado, uno más joven, ha confesado que compró un boleto, mientras que entre sus tíos, "que son doce, siete tienen un décimo".

Ahora, el dinero, 20.000 euros por cada uno de los números, irá destinado a "tapar unos agujeritos" porque en su casa están "un poquitín mal", con unas hijas "con problemas".

"Estamos contentos porque es un barrio muy humilde. Gracias a Dios, que es el que nos ha honrado con este premio", comenta Jesús Borjas en la parada de autobús cercana a la residencia, y a quien le ha tocado otro "pellizquín".

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