El campamento para inmigrantes ilegales de Moscú cerrará la próxima semana

  • El campamento al aire libre que acoge a más de medio millar de inmigrantes ilegales vietnamitas en Moscú será clausurado y sus habitantes realojados la próxima semana, anunció hoy el Servicio Federal de Inmigración (SFI) ruso.

Moscú, 10 ago.- El campamento al aire libre que acoge a más de medio millar de inmigrantes ilegales vietnamitas en Moscú será clausurado y sus habitantes realojados la próxima semana, anunció hoy el Servicio Federal de Inmigración (SFI) ruso.

Casi 600 trabajadores extranjeros ilegales viven desde hace diez días en un campamento de tiendas de lona habilitado en el noreste de la capital rusa, en el mismo barrio de Goliánovo donde fueron detenidos poco antes en una operación policial que desmanteló un taller de costura ilegal donde trabajaban en condiciones casi de esclavitud.

La Justicia ha ordenado la deportación de todos los que permanecen en este campamento.

"Tenemos planeado enviar a los ciudadanos de Vietnam que están en el campamento antes de finales de agosto", aseguró la jefa del SFI para Moscú, Olga Kiríllova.

Un portavoz del Ministerio ruso de Interior indicó a la agencia Interfax que 31 vietnamitas podrían viajar hoy mismo a su país de origen, mientras ya se ha solicitado a la embajada de Vietnam la documentación para deportar a otras 71 personas, cuya identidad pudo ser esclarecida.

Las autoridades rusas también han podido identificar a otros 76 ciudadanos vietnamitas, con lo que al menos 188 de los 585 inmigrantes ilegales del campamento de Goliánovo podrían abandonar el país en los próximos días.

Será más difícil deportar al resto, ya que muchos inmigrantes fueron detenidos sin documentos, un hecho que imposibilita su devolución a su país de origen.

La ley rusa permite internar por un plazo de hasta dos años a los inmigrantes no identificados, según el Tribunal Municipal de Moscú.

"Hay ciudadanos extranjeros detenidos sin documentación, a los que no presta ayuda su embajada, que viven (...) hasta dos años en celdas de los centros de internamiento. Después, al pasar ese tiempo, les abren la puerta y les dicen que pueden volver a Moscú", dijo a la agencia Interfax Alexandr Kulikovski, miembro de un órgano de vigilancia social adjunto al Ayuntamiento de la capital rusa.

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