El cristal no es vidrio

Parece que el reciclaje de vidrio entra poco a poco en los hábitos del español medio. Sin embargo, no siempre acaba en el sitio adecuado. Cerámica, vasos de cristal, loza y otros restos de la vajilla suelen terminar sus días en el contenedor amarillo por error. Hasta un 61% de españoles reconoce equivocarse de contenedor, según un informe de la empresa de mercados Quor realizado para Ecovidrio, asociación sin ánimo de lucro financiada por las empresas envasadoras. El 33,6% incluso deposita frascos de medicamentos.

Ahora bien, pese a estos fallos, los españoles reconocen los beneficios del reciclaje para el medio ambiente. En los dos últimos años, un 7% más de ciudadanos reciclan vidrio de forma habitual. En total, el 70% de la población reconoce que ha hecho del reciclado de este tipo de envases como un hábito.

Por el momento, la importancia que los españoles otorgan al reciclaje de vidrio se sitúa detrás del uso del vehículo particular y del ahorro en el consumo de agua. El creciente debate sobre las causas y los efectos del cambio climático han elevado estos dos aspectos a prioridades medioambientales para el 38,4% y el 27% de la población, respectivamente.

No obstante, estos hábitos varían según las regiones. En Canarias se concede más importancia al ahorro en el consumo de agua (38%) que al uso del coche (33,8%). Sin embargo, La Comunidad Valenciana concede mayor importancia a introducir el reciclaje de residuos como un hábito cotidiano antes que el consumo de agua. Madrid, Murcia, Navarra y País Vasco, el reciclaje se desplaza hasta el cuarto puesto, junto a no abusar de la calefacción ni del aire acondicionado.

El perfil del entrevistado también varía su percepción y actuación respecto al reciclaje. Las mujeres entre 25 y 34 años consideran el reciclaje una prioridad entre las tareas medioambientales, ocupando el segundo lugar. Sin embargo, los hombres entre 25 y 54 años y las mujeres entre 45 y 54 años relegan este hábito a la cuarta posición.