El obispado de Lleida se aparta del proceso civil por el arte sacro

  • Lleida.- El obispado de Lleida ha anunciado hoy que se aparta del proceso civil iniciado por la asociación Amigos del Museo de Lleida por las obras de arte sacro que reclama la diócesis de Barbastro-Monzón y ha reiterado que acatará "la resolución última eclesiástica", que le obligaría a entregar las piezas a Aragón.

El obispado de Lleida se aparta del proceso civil por el arte sacro
El obispado de Lleida se aparta del proceso civil por el arte sacro

Lleida.- El obispado de Lleida ha anunciado hoy que se aparta del proceso civil iniciado por la asociación Amigos del Museo de Lleida por las obras de arte sacro que reclama la diócesis de Barbastro-Monzón y ha reiterado que acatará "la resolución última eclesiástica", que le obligaría a entregar las piezas a Aragón.

El obispado ha emitido hoy un comunicado en el que subraya que "desde ahora" se aparta de dicho proceso judicial, que se encuentra en fase de apelación, y que por lo tanto no impugnará, recurrirá ni comparecerá ni siquiera como apelado ante el juzgado civil.

El escrito de la diócesis leridana se ha hecho público el mismo día en que el obispo de Lleida, Joan Piris, se ha reunido en Madrid con el de Barbastro, Alfonso Milián, y el nuncio del Papa en España, Renzo Fratini, para tratar de llegar a un pacto sobre los bienes en litigio.

En dicho comunicado, el obispado hace referencia al proceso iniciado por la vía civil por la asociación Amigos del Museo de Lleida, que pretendía que un juez estableciese que las obras en litigio eran propiedad de la diócesis de Lleida.

En su sentencia, hecha pública el pasado mes de septiembre, la juez del caso, Beatriz Terrer, reconocía que el obispado leridano había gratificado a las parroquias de la Franja, que ahora pertenecen a la Diócesis de Barbastro-Monzón, por las piezas y que las había custodiado durante más de cien años sin que nadie las reclamara.

Sin embargo, como recuerda la Diócesis de Lleida, la juez consideró que no se cumplían los requisitos para que se diera la usucapión, es decir, la propiedad por posesión pacífica y continuada, por lo que desestimó la demanda.

El obispado leridano ya anunció tras conocer esta sentencia que asumía y acataba la misma.

Ahora da un paso más allá al anunciar que "se aparta desde este momento procesal del procedimiento, renunciando expresamente a su derecho -que no obligación- de constituirse en parte apelada".

El obispado señala que este anuncio responde a la decisión de la diócesis, y en especial a la voluntad del obispo Joan Piris, de "acatar la resolución última eclesiástica", ya que el Vaticano ha ordenado en reiteradas ocasiones a la Diócesis de Lleida que entregue las piezas a Aragón.

La diócesis de Lleida insiste que su voluntad desde un principio ha sido la de cumplir las órdenes del Vaticano, pero que no ha podido hacerlo porque el Consorcio del museo leridano, en el que se encuentran las obras en litigio, no ha dado su permiso para sacarlas del mismo.

El obispado de Lleida señala que aunque los únicos tribunales competentes para resolver el litigio son los de la Iglesia, se ha visto involucrado como parte demandada en el proceso civil.

El comunicado añade que, a diferencia de lo que sostenía el anterior obispo Xavier Salinas, el obispo Piris se ha mostrado siempre de acuerdo con los hechos de la demanda, en el sentido de que las obras habían llegado a Lleida de forma legítima y que llevaban aquí más de cien años, unos hechos que califica de "obvios y acreditados".

Sin embargo, el obispado recuerda que la jueza civil consideró que no ha había quedado acreditada la adquisición de la posesión de las obras.

"Llegados a este extremo, ante las dudas, incomprensiones, comunicados, atribuciones, afirmaciones, querellas y críticas recibidas, este obispado se reitera en el reconocimiento y acatamiento de las resoluciones canónicas y su validez", subraya la diócesis.

Por último, el obispado indica que también reconoce la validez del acuerdo que firmaron en junio de 2008 los obispos Salinas y Milián y el Nuncio del Vaticano en España, según el cual se acordaba la entrega de las obras a Aragón en un plazo de 30 días.

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