El Parlamento serbio debate una respuesta al aumento de tensión con Kosovo

  • El Parlamento de Serbia analiza hoy la situación en el norte de Kosovo, que concentra la minoría serbia de la región, tras el agravamiento de las tensión en la frontera por la intervención allí de fuerzas especial de la policía kosovar y la violenta respuesta de radicales serbios.

Belgrado, 30 jul.- El Parlamento de Serbia analiza hoy la situación en el norte de Kosovo, que concentra la minoría serbia de la región, tras el agravamiento de las tensión en la frontera por la intervención allí de fuerzas especial de la policía kosovar y la violenta respuesta de radicales serbios.

La sesión extraordinaria, que comenzó a las 12.00 GMT, ha sido convocada por el Gobierno bajo la premisa de defender el diálogo entre Belgrado y Pristina para llegar a una solución pactada.

Belgrado considera que el despliegue en la noche del lunes al martes de policías especiales kosovares en los pasos fronterizos de Jarinje y Brnjak, fue una provocación que pretende modificar la actual situación en el norte de su ex provincia.

Serbia no reconoce la independencia de Kosovo, autoproclamada en febrero de 2008 por los dirigentes de la mayoría albanokosovar, y considera ese territorio una parte del país.

La operación policial fue justificada por Pristina en la necesidad de controlar el veto a productos serbios aprobado la semana pasada, en respuesta a una prohibición de las importaciones kosovares decretada por Belgrado, que no reconoce los símbolos de la soberanía kosovar como, por ejemplo, sus sellos aduaneros.

La operación degeneró en un tiroteo con serbios locales en el que un agente kosovar resultó muerto. Posteriormente, radicales serbios incendiaron el puesto de Jarinje.

Lo dos pasos fronterizos están bajo en control de la KFOR, la misión de la OTAN en Kosovo, desde el pasado miércoles y ha sido declarados zona militar prohibida y cerrados al tráfico.

La población serbia local mantiene las barricadas en los accesos a los dos pasos, con la exigencia de que se restablezca la situación anterior a la operación kosovar y los puestos fronterizos vuelvan a estar controlados por policías kosovares de etnia serbia.

Los manifestantes no permiten el paso de los vehículos de la KFOR, que ayer renunció a levantar las barricadas por la fuerza.

Las autoridades serbias han acusado a la KFOR de extralimitarse en sus funciones y de favorecer las decisiones políticas de Pristina.

Esta crisis ha cercenado el diálogo entre Pristina y Belgrado, amparado por la Unión Europea (UE), iniciado el marzo en Bruselas y que empezaba a dar resultados en el intento de descongelar las relaciones entre Serbia y su provincia separatista.

El presidente serbio, Boris Tadic, declaró ayer que el diálogo podrá continuar cuando en el norte de Kosovo se restablezca la situación.

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