El pensador indio Sudhir Kakar propugna el retorno a la moral del Kamasutra

  • El psicoanalista y escritor indio Sudhir Kakar, considerado como uno de los 25 mejores pensadores del mundo por el semanario francés "Le Nouvel Observateur", propugna el retorno a la moral del Kamasutra para la sociedad india, frente al culto al cuerpo femenino como objeto del deseo, propio de Occidente.

Nana de Juan

Barcelona, 27 ene.- El psicoanalista y escritor indio Sudhir Kakar, considerado como uno de los 25 mejores pensadores del mundo por el semanario francés "Le Nouvel Observateur", propugna el retorno a la moral del Kamasutra para la sociedad india, frente al culto al cuerpo femenino como objeto del deseo, propio de Occidente.

"Yo estoy bastante de acuerdo con este tratado, porque propone el disfrute sensual de la vida, pero con un equilibrio entre el erotismo, la moralidad, la naturaleza, la cultura y la economía, todo en su justa proporción", recalca Kakar en una entrevista con Efe en la Casa Asia de Barcelona.

"La India. Retrato de una sociedad", editada por Kairós, es un tratado escrito desde el punto de vista del psicoanálisis y la antropología de este país de 1.200 millones de habitantes, con un treinta por ciento de clase media emergente.

Kakar mantiene que los vientos occidentales han aportado a los indios la idea positiva de que la mujer tiene derechos, pero también la negativa de que es un objeto.

"Y ahí es dónde se producen las agresiones sexuales, porque la sociedad india aún no sabe dónde ubicar a la mujer, que hasta hace poco era solo madre, hija o esposa de alguien y no tenía identidad propia y ahora todo ha cambiado con los movimientos migratorios", reflexiona Kakar.

Pese a que la sociedad moderna india ha reaccionado con enormes manifestaciones contra las violaciones, Kakar subraya que las familias tradicionales siguen culpando de los hechos a las nuevas costumbres y asegura que, aunque se cambien las leyes, el cambio de mentalidad costará mucho más tiempo.

Sin embargo, acusa a determinada prensa occidental de haber dado información "sesgada" y de haber sido "hipócrita" sobre estos hechos, "porque Londres triplica a Nueva Delhi, hay más casos en ciudades como Berlín o Nueva York y hubo en Ohio hechos similares esos días que se ocultaron", subraya en referencia a los últimos acontecimientos en India.

En su ensayo, Kakar define a la familia india como "un campo minado de erotismo", ya que el hogar es el único lugar en que se mezclan ambos sexos y donde no son extraños los comportamientos promiscuos, un hecho encubierto y asumido, pero "que se ignora" en la sociedad.

Sin embargo, un desliz femenino fuera del hogar es imperdonable para la familia, "ya que la mujer pierde su reputación y peligra el futuro matrimonio de sus hermanos y hermanas, por lo que se tiene muy en cuenta", subraya el experto.

"En India, el sexo está dentro del entorno familiar y la violencia fuera; en Occidente, la violencia se ejerce en el seno familiar y el sexo, fuera", remacha Sudhir Kakar sobre las peculiaridades de la sociedad india.

Kakar se muestra partidario del matrimonio concertado frente al matrimonio por amor, hasta el punto de definir el universo de la pareja como un "trastorno psicótico compartido" en su ensayo, escrito junto con su mujer, Katrina, experta en Religiones Comparadas y antropóloga.

"No me gusta el egoísmo de la pareja, el matrimonio es algo más que sexo, es una empresa que se inicia, en la que hay que conseguir que todas las piezas estén unidas y el matrimonio concertado es una pieza fundamental", subraya.

"El matrimonio por amor es fruto de una sociedad apasionada y el matrimonio concertado es fruto de una sociedad protectora", subraya Kakar, profesor asociado en el INSEAD de Fointeneblau (Francia), que también ha ejercido en Viena, Melborne y Chicago.

"Hoy en día, la mujer tiene voz y tiene derecho al veto en el matrimonio y puedo poner como ejemplo a mi hermana, que rechazó a catorce pretendientes y se casó con el número quince, quizás por aburrimiento", enumera este psicoanalista, que cuenta con el Kardiner Award de la Universidad de Columbia y la medalla Goethe de Alemania.

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