El presidente de Serbia supedita el diálogo con Pristina a la restauración en el norte kosovar

  • Belgrado.- El presidente de Serbia, Boris Tadic, declaró hoy que el diálogo con Pristina, amparado por la Unión Europea (UE), está en crisis, y que sólo podrá continuar cuando en el norte de Kosovo se restablezca la situación que había antes de la operación especial la policía especial kosovar.

El presidente de Serbia supedita el diálogo con Pristina a la restauración en el norte kosovar
El presidente de Serbia supedita el diálogo con Pristina a la restauración en el norte kosovar

Belgrado.- El presidente de Serbia, Boris Tadic, declaró hoy que el diálogo con Pristina, amparado por la Unión Europea (UE), está en crisis, y que sólo podrá continuar cuando en el norte de Kosovo se restablezca la situación que había antes de la operación especial la policía especial kosovar.

"Continuaremos el diálogo, y creo profundamente que eso es posible en el momento en que devolvamos las cosas a las posiciones iniciales", dijo Tadic a la emisora de televisión serbia B92.

Aludió así al diálogo entre Belgrado y Pristina iniciado en marzo pasado en Bruselas y que llevó a unos primeros acuerdos.

"El diálogo no tiene alternativa (...), no hay mejor solución", indicó Tadic.

"Otra solución es la violencia, la guerra. Y Pristina recurrió a la violencia, Belgrado no", añadió.

Las tensiones surgieron en el norte de Kosovo, colindante con Serbia y poblado mayoritariamente por serbios, cuando en la noche del lunes pasado, fuerzas especiales enviadas por Pristina irrumpieron en el paso fronterizo de Brnjak e intentaron hacerlo también en el de Jarinje.

El miércoles, un grupo de jóvenes extremistas serbios, incendiaron y destruyeron el paso, agravando la situación.

Tadic insistió en que ese acto fue contrario a los intereses de Serbia y debilitó la posición internacional de su país.

Indicó que el grupo que atacó el paso no llegó de Serbia sino de Kosovo, y que según algunas informaciones, estructuras criminales no sólo de serbios sino también de albaneses estarían relacionadas con esa violencia.

"Hay que investigar con atención quién dio la instrucción de que se incendiara el paso donde los serbios tenían clara mayoría en conformidad con todos los acuerdos y actas previos, donde no había prácticamente ningún problema en ese momento, y cuyo incendio pone en peligro, absolutamente, los intereses de Serbia y del pueblo serbio en Kosovo", recalcó.

Tadic reiteró que Serbia no reconocerá nunca, ni implícita ni explícitamente, la independencia de Kosovo, autoproclamada en febrero de 2008 por la cúspide política de la mayoría albanokosovar, y que esta actitud no podrá ser un obstáculo para el ingreso de Serbia en la Unión Europea (UE).

Una situación de frágil calma persiste hoy en el norte de Kosovo, donde la fuerza KFOR de la OTAN controla los pasos fronterizos Jarinje y Brnjak con Serbia tras el aumento de las tensiones y brotes de la violencia en los días pasados.

La KFOR declaró anoche los dos pasos como zona militar prohibida.

Esta tarde los cerró después de que la población serbia local bloqueara las carreteras en exigencia de que se restablezca la situación que había antes del lunes.

Vehículos de la KFOR no pudieron pasar por la zona debido a esos bloqueos, y el comandante de esa fuerza internacional, Erhard Bühler, exigió que sean levantadas las barricadas.

Hoy continuaron las conversaciones de representantes de Belgrado con la KFOR, que se llevan a cabo desde el martes para llegar a una solución al problema.

El envío de la policía especial, el lunes, fue justificado por Pristina para aumentar el control aduanero después de que prohibiera la pasada semana la importación de mercancías serbias, en respuesta a un veto similar introducido hace tres años por Belgrado, que no reconoce la independencia de Kosovo ni sus sellos aduaneros.

Belgrado aseguró que el intento de Pristina de desplegar la policía especial en Jarinje y Brnjak es una provocación, y tiene como objetivo "cambiar la realidad en el norte de la provincia".

Belgrado reclama que se restablezca la situación anterior a la operación de Pristina y que los pasos vuelvan a estar controlados por policías kosovares de etnia serbia, como estaban hasta ahora.

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