El presidente del Parlamento Europeo cree que "algo está cambiando aunque muy despacio en Cuba"

Estrasburgo (Francia).- El presidente del Parlamento Europeo (PE), Jerzy Buzek, ha afirmado hoy tras la ceremonia del premio Sájarov, concedido este año al disidente cubano Guillermo Fariñas, que "algo está cambiando aunque muy despacio en Cuba".

El presidente de la Eurocámara ha señalado el carácter simbólico de la propia ausencia de Fariñas en la ceremonia y ha resaltado su labor por la libertad de expresión y contra la tortura.

La silla destinada al galardonado durante la ceremonia estuvo vacía tras la negativa del Gobierno de La Habana a dejarle viajar para recoger el premio.

"El progreso en la libertad de movimiento y los derechos civiles y políticos van a poco a poco todavía", ha señalado Buzek, que ha destacado la importancia de la comunidad internacional y de la UE para incentivar el cambio de régimen en la isla.

Buzek ha hecho un paralelismo con su país de origen, Polonia, y ha señalado "la importancia para los países del este de que la UE hiciera acercamientos y reconocimientos, como es el premio que hemos dado hoy".

El presidente del PE ha señalado que las propias autoridades cubanas "quieren abrirse para evitar una situación económica aún peor" pero que el acercamiento de la UE "es un acercamiento bajo condiciones".

Buzek no ha entrado a valorar las cinco condiciones que Fariñas ha nombrado en su discurso de agradecimiento por el premio Sájarov a través de un mensaje de audio grabado, pero sí ha señalado que "la libertad de expresión y los derechos civiles son clave" para la UE.

En su mensaje grabado, Fariñas señaló cinco condiciones que la UE debería exigir al que llamó "régimen neoestalinista cubano", entre las que se encuentran la liberación de todos los presos políticos, así como facilitar la creación de partidos políticos, sindicatos y medios de comunicación no subordinados al sistema del socialismo de Estado.

Asimismo, pide que se supriman las amenazas contra los opositores pacíficos dentro del país, se eliminen todas las leyes cubanas que entren en contradicción con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y se acepte que todos los cubanos de la diáspora tienen el derecho a participar en la vida cultural, económica, política y social de Cuba.