Sara Gómez Armas
Ginebra, 27 ene.- Las negociaciones de paz para Siria tropezaron hoy con la primera piedra al entrar a discutir cuestiones políticas, cuando el Gobierno presentó una "lista de principios" para guiar las conversaciones que provocó el enojo de la oposición, que lo considera un intento de imponer su criterio.
La delegación opositora arremetió duramente contra los representantes del régimen, a los que acusa de querer desviar el proceso de paz de su propósito principal, ya que el documento elude mención alguna a una transición política en el país.
Los representantes de Gobierno y oposición se veían de nuevo las caras en una reunión esta mañana que traía como novedad que cada parte leería una declaración formal frente a la otra, ya que hasta ahora sólo cruzaban palabra a través del mediador Lajdar Brahimi.
Brahimi se vio obligado a suspender esta sesión cuando aún no había llegado a una hora de duración ante el clima de confrontación que se respiraba en la sala, y se volvió a ver con las partes ya por separado en la tarde.
El documento elaborado por el régimen hace hincapié en el respeto a la soberanía e integridad territorial de Siria y en recuperar lo que llaman "territorios usurpados", pero omite el traspaso del poder a un órgano de gobierno interino que lleve al país a una transición democrática, que es la principal aspiración de la oposición.
Sí alude a la necesidad de combatir el terrorismo -cuestión clave en el argumentario del régimen, que suele referirse a todos los opositores como terroristas- y rechaza cualquier injerencia extranjera en el futuro de Siria.
"El régimen llegó con ese documento para alejarnos del principal propósito de esta reunión, que es discutir el Comunicado de Ginebra, implementarlo y formar un órgano de transición política con todos los poderes ejecutivos", afirmaba el portavoz de la delegación opositora, Louay Safi.
Desde la delegación gubernamental, Buzaina Shabaan, consejera del presidente Bachar al Asad, defendía que el texto incluye aspectos ya contenidos en dicho Comunicado de Ginebra, un documento acordado por la comunidad internacional en junio de 2012 y que es el pilar de estas negociaciones de paz.
Precisamente mañana las tratativas entraran a discutir de forma específica los puntos de ese comunicado, que tiene como objetivo "acabar con la guerra, permitir a los sirios lograr sus legítimas ambiciones y construir una nueva Siria", resumió Brahimi.
El mediador reconoció la dificultad de esa tarea, pero se mostró satisfecho por la disposición expresada por ambas partes a continuar con las discusiones políticas a pesar de sus profundas discrepancias.
"No deben esperarse milagros. Hay que ver si se pueden hacer progresos y cuándo", subrayó.
La clara enemistad entre las partes queda patente en sus repetidas intervenciones ante los medios de comunicación para reiterar sus diatribas contra la otra parte.
Sobre este asunto, el mediador consideró excesivas sus apariciones en los medios y pidió a las partes moderación en sus palabras para "preservar la confidencialidad de la sala" y no contaminar las negociaciones.
Las divergencias en el plano político no son el único escollo con el que se ha topado el proceso de paz, ya que hasta el momento tampoco se ha logrado avance alguno en los asuntos humanitarios que comenzaron a tratarse el pasado viernes, como el acceso de ayuda humanitaria a Homs o la liberación de presos políticos.
"Desafortunadamente, las conversaciones humanitarias no han dado resultados", admitía Brahimi.
Las agencias de la ONU tienen un convoy de ayuda humanitaria listo para entrar en Homs, pero está aún pendiente del permiso de la autoridad local.
Y el compromiso del Gobierno de dejar salir con efecto inmediato a mujeres y niños de esa ciudad asediada durante 18 meses sigue de momento sin materializarse. EFE
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