Madrid, 20 mar.- La Universidad debería abordar un cambio sustancial en la toma de decisiones e incorporar modelos de gestión más profesionalizados y acordes con entidades que gestionan presupuestos elevados, incluyendo a personas externas a la comunidad educativa.
Esta es una de las principales conclusiones del informe "Temas candentes de la Universidad española 2013", presentado hoy y que aboga por una gobernanza universitaria basada en un órgano independiente y con una amplia representación de personas externas a la comunidad universitaria.
Elaborado por la consultora PwC en colaboración con expertos en Educación de la Fundación Europea Sociedad y Educación y el Banco Santander, el estudio destaca la necesidad de que el sistema de gobierno universitario tenga autonomía para gestionar la parte académica "sin intromisiones" pero, a la vez, proporcionando una cuenta de resultados bajo supervisión.
"Los numerosos órganos colegiados y unipersonales de decisión y control existentes en la universidad dificultan, burocratizan e incluso bloquean la gestión y administración de la universidad", asegura el informe.
Para Manuel Bravo, responsable de los servicios de Educación y Universidad de PwC, "es preciso contar con un modelo de gestión de nuestras universidades ágil, rápido y responsable en la toma de decisiones, con un esquema capaz de distribuir los recursos, de aplicarlos como incentivos a la mejor docencia, la mejor investigación y la mejor inserción en la sociedad".
El estudio también apuesta por la internacionalización de la Universidad, una "tarea pendiente" porque, según los datos de este informe, de los 3,4 millones alumnos que estudian fuera de su países de origen en el mundo, la universidad española solamente atrae el 1,4 %.
Además, se señala que en grado, primero y segundo ciclo, el porcentaje de universitarios extranjeros es de un 3,3 % frente al 8 o 10 % de la media europea (Educación eleva al 4,6 % el total de alumnos extranjeros matriculados en el Sistema Universitario Español en el curso 2011-12).
El documento defiende asimismo una política lingüística eficaz que incluya la exigencia del aprendizaje del inglés en las facultades para fomentar la movilidad universitaria y la internacionalización.
La financiación de la universidad es otro de los aspectos que debería revisarse ya que "no existe un modelo de financiación claro" y éste debería desglosarse en educación universitaria e investigación.
El informe dice que la universidad no está "sobredimensionada", es decir, no hay demasiadas universidades ni demasiados universitarios, pero se afirma que se debe reducir la repetición de ofertas de estudios a pocos kilómetros.
Por último, el estudio pone de manifiesto la necesidad de un diálogo "más fructífero" entre universidad y empresa, arbitrando medidas que faciliten la permeabilidad entre ambas, desarrollando los mecanismos previstos para ello en la Ley de la Ciencia y fomentando el reconocimiento de la creatividad y del espíritu emprendedor.
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