El Tratado de Ottawa ha propiciado eliminar 50 millones de minas antipersona

  • Las minas antipersonas, que Estados Unidos se comprometió hoy a dejar de usar, salvo en la Península de Corea, representan una amenaza diaria en 82 países y cada año causan entre 15.000 y 20.000 víctimas mortales.

Redacción Internacional, 23 sep.- Las minas antipersonas, que Estados Unidos se comprometió hoy a dejar de usar, salvo en la Península de Corea, representan una amenaza diaria en 82 países y cada año causan entre 15.000 y 20.000 víctimas mortales.

Los países afectados por estos artefactos explosivos están repartidos por África, Asia, Oriente Medio y América Latina.

Ante esta situación en 1992 se creó la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas (ICBL por sus siglas en inglés), a iniciativa de seis organizaciones (Handicap International, Human Rights Watch, Medico International, Mines Advisory Group, Physicians for Human Rights y Vietnam Veterans of America Foundation).

Cinco años después, en diciembre de 1997, 122 estados firmaron la Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas Antipersonal y sobre su destrucción, conocida como Tratado de Ottawa. Ese mismo año, ICBL vio reconocidos sus esfuerzos con el premio Nobel de la Paz.

El Tratado de Ottawa, que entró en vigor el 1 de marzo de 1999 y ha hecho posible la destrucción de más de 50 millones de minas, prohibía producir, almacenar o transferir minas antipersonas y obligaba a los países firmantes a destruir sus arsenales en un plazo de cuatro años desde la entrada en vigor del acuerdo.

Antes de la entrada en vigor de este tratado había un centenar de empresas de 55 países que fabricaban entre 5 y 10 millones de minas al año, pero el número de países productores se ha reducido a 15.

Debido a la presencia de minas, por ejemplo, el 80 por ciento del terreno cultivable en Afganistán no se puede utilizar, el 60 por ciento de Angola es considerado peligroso, en el sur de Sudán la agricultura esta paralizada y las principales carreteras de Mozambique resultan impracticables.

Por su parte, la ONU y varias organizaciones humanitarias realizan programas de desminado en diversas zonas del mundo, los cuales permiten eliminar cada año unas 100.000 minas.

Desde 1999, 158 países han firmado el Tratado de Prohibición de Minas Antipersonales, de los que 153 han confirmado que ya no poseen dispositivos almacenados. Entre los gobiernos no firmantes se cuentan China, India, Rusia, Israel, Marruecos, Cuba o Singapur y Estados Unidos.

La decisión anunciada hoy por Washington, por la que se compromete a no usar este tipo de armamento y a destruir todo sus inventarios, acerca a EEUU a los compromisos internacionales de la Convención de Ottawa.

El último informe de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres, publicado en diciembre de 2013, refleja que el número de víctimas por minas antipersona y otros restos explosivos se redujo en 2012 más de la mitad respecto a 1999 hasta los 3.628 casos, lo que representa la cifra más baja registrada hasta entonces.

Aunque se ha reducido drásticamente el uso de minas, no ha remitido completamente, y en 2013 se confirmó su uso por parte de fuerzas leales al gobierno de Yemen, que instalaron miles de ellas en la región de Bani Jarmooz, provocando 15 víctimas civiles. Es la primera vez que un estado parte del tratado reconoce haber recurrido a estas armas.

Las mayores limpiezas de zonas minadas se produjeron en Afganistán, Camboya, Croacia y Sri Lanka, que en conjunto suponen el 62 % de todo el terreno despejado en 2012.

En la última década, casi 1.981 kilómetros cuadrados han sido liberados a través de acciones de limpieza y se quitaron del suelo más de 3,3 millones de minas terrestres, aunque todavía 59 estados están afectados por la presencia de estos artefactos.

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