El uso de gafas de sol y humidificadores protege los ojos en invierno

El uso de gafas de sol y la instalación de humidificadores ayuda a proteger los ojos en invierno, tal y como señaló el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, que avisó de que el frío y el aire propios del invierno provocan lagrimeo y sequedad en los ojos.
A través de un comunicado, el Instituto aconsejó el uso de gafas de sol y lágrimas artificiales para reducir el lagrimeo, así como la instalación de humificadores para mitigar la sequedad provocada por las calefacciones, o la colocación de recipientes con agua encima de los radiadores para aumentar la humedad del ambiente.
“También es adecuado descansar de vez en cuando mientras se realizan trabajos de cerca, así como utilizar las gafas con la graduación adecuada”, afirmó la especialista del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, la doctora Begoña Baamonde, quien añadió que “si el frío se combina además con viento, los ojos se secarán y el paciente notará ardor, escozor y secundariamente eso también provocará enrojecimiento de los ojos y lagrimeo”.
La doctora Baamonde recordó que, aunque hay menos horas de luz solar que en verano, la posición del sol en esta época es más baja en el cielo, de forma que sus rayos llegan con una inclinación que los hacen más molestos, por ello aconsejó utilizar gafas de sol en invierno. “En invierno también es necesario utilizar gafas que lleven buen filtro frente a este tipo de radiación, aunque no es necesario que sean tan oscuras como en verano porque la intensidad de la luz solar es menor”, explicó.
En espacios cerrados, la calefacción puede provocar sequedad e irritación en los ojos, especialmente si se realizan labores que exijan especial atención, por lo que se recomienda el uso de humificadores. Asimismo, en caso de que se practiquen deportes de invierno como el esquí, la doctora Baamonde señaló la importancia de usar gafas de sol que protejan frente a toda la radiación nociva y que cubran bien la zona del ojo, pues la reflexión de la luz provocada por la nieve aumenta en un 80% la exposición a la radiación ultravioleta.