Los reyes eméritos de España asisten al 70º cumpleaños del rey de Suecia

Suecia celebra este sábado el 70º cumpleaños del rey Carlos XVI Gustavo con gran pompa en Estocolmo, adonde acudieron los reyes eméritos de España, Juan Carlos I y Sofía de Grecia, mientras los ciudadanos se apiñaban en las calles de la capital para ver de cerca la procesión real.

En este día solemne, el rey sueco fue felicitado por los ciudadanos mientras pasaba revista a la guardia real y recibía flores de los niños.

Las celebraciones del sábado empezaron con un Te Deum en la capilla del palacio real, en el centro de Estocolmo. Más tarde, el rey y su familia aparecieron en el balcón del palacio para saludar a los miles de suecos allí reunidos.

"Gracias a todos por venir y por hacer que este día sea tan bonito, para mí y para mis invitados, llegados desde diferentes países", dijo.

La lista de invitados de la realeza incluía a los reyes eméritos de España, Juan Carlos I y Sofía de Grecia; la reina Margarita II de Dinamarca, el rey Felipe de Bélgica, el príncipe Alberto II de Mónaco, la princesa Beatriz de Holanda y la princesa Takamado de Japón.

Los miembros de la familia real Noruega no asistieron a la celebración después de que un helicóptero que transportaba a trabajadores petroleros del mar del Norte se estrellara el viernes, causando la muerte de 13 personas cerca de Bergen, la segunda ciudad más grande del país.

Nacido el 30 de abril de 1946 con el nombre de Carl Gustaf Folke Hubertus Bernadotte, tenía sólo nueve meses cuando su padre, el príncipe Gustavo Adolfo, murió en un accidente de avión en Dinamarca.

Carlos Gustavo asumió el trono en 1973, con 27 años, tras la muerte de su abuelo, Gustavo VI Adolfo.

Durante años, el rey tuvo que luchar para limpiar su imagen de vividor y amante de los coches, aunque su devoción y compasión le han ayudado a conectar con los 10 millones de personas que pueblan Suecia.

Uno de sus momentos más duros llegó en enero de 2005, después de que unos 500 suecos fallecieran por el tsunami que impactó en los complejos turísticos del sureste de Asia.

Conocido por ser un orador titubeante, el Rey evocó en su discurso la pérdida de su padre, a quien ni siquiera conoció, ganándose los elogios de las familias de las víctimas y del público en general.

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