Emisario del papa transmite a presidente de Paraguay preocupación por pobreza

Asunción, 15 nov.- El emisario del papa Francisco, el cardenal brasileño Claudio Hummes, transmitió hoy al presidente paraguayo, Horacio Cartes, la preocupación del pontífice sobre el problema de la pobreza, que en Paraguay afecta a más de dos millones de personas, de una población total de 6,5 millones.

Cartes y el prelado católico mantuvieron una entrevista en el Palacio de Gobierno en la que Hummes también expresó al mandatario la voluntad del papa de erradicar la corrupción y la marginalidad y de promover programas de justicia social, según un comunicado de prensa de Presidencia.

"Muchas veces hay conflictos sociales por causa de la corrupción, todo lo que nosotros podemos decir es promover un verdadero progreso, es decir un progreso que respete la justicia, respete la gente, respete la sociedad porque la corrupción es algo que lo turba todo", dijo Hummes en rueda de prensa.

La semana pasada, la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) denunció el nepotismo y la corrupción que domina el tejido político del país suramericano, e instó a Cartes a cumplir su promesa electoral de combatir la pobreza.

De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, 1.165.745 paraguayos viven en situación de pobreza extrema y otros 930.721 en pobreza no extrema, de una población total aproximada de 6,5 millones.

Hummes se encuentra en Paraguay como emisario del papa Francisco para presidir los actos con motivo del 25 aniversario de la canonización del mártir San Roque González de Santa Cruz, el único santo paraguayo.

El cardenal brasileño participará en la procesión que este viernes recorrerá las calles de Asunción con la reliquia que se conserva del santo, un corazón incorrupto, que será trasladado a la Catedral Metropolitana, donde luego se celebrará una misa.

Fundador de la ciudad argentina de Posadas y la paraguaya de Encarnación, San Roque González de Santa Cruz fue asesinado en 1628 por un cacique indígena en Brasil.

San Roque González fue beatificado en 1931 y canonizado en 1988 por el papa Juan Pablo II.