"Encarcelados" despide la temporada con "La otra cara del infierno"

Madrid, 20 nov.- El programa de La Sexta "Encarcelados" cerrará mañana su temporada con una entrega dedicada a recoger los testimonios de los familiares de españoles presos en cárceles latinoamericanas y de algunos que han conseguido la libertad, como la gaditana Dolores Sánchez, enferma de cáncer.

Sánchez, indultada por el Gobierno de Bolivia tras aparecer en el espacio presentado y dirigido por Jalis de la Serna y Alejandra Andrade, cuenta cómo ha podido cumplir el sueño de reencontrarse con sus hijos y repasa los cinco años que pasó en la prisión de Palmasola.

La Sexta explica en una nota de prensa que, "sin temor por las represalias que podría sufrir por hablar cuando estaba en la cárcel", Sánchez denuncia ahora ante las cámaras "nuevas violaciones de los Derechos Humanos que se producen en el penal" boliviano.

"Poco a poco nos vamos enterando de la repercusión que tiene el programa", ha explicado a Efe Andrade, quien ha destacado que se han mejorado "algunas condiciones de los presos españoles" en países como Colombia.

El equipo de "Encarcelados" se ha encontrado en Barcelona con Pedro, el que fuera subdelegado de los presos españoles en la Prisión Modelo de Bogotá, quien confiesa que, después de ser grabado para el programa, un abogado le dio la posibilidad a su familia de que obtuviera la libertad a cambio de 36.000 euros.

De hecho, este ciudadano catalán de 51 años, asegura ante las cámaras que después de que su abogado repartiese entre varios funcionarios judiciales el dinero, salió en libertad y su nombre desapareció de las bases de datos de delincuentes de Colombia e, incluso, de las de la Interpol.

"La otra cara del infierno" muestra asimismo los testimonios de las familias que sufren el encierro de sus seres queridos, como Águeda, la madre de Jesús, el preso español que fue rebautizado como "Pollito" en la prisión Acón II de Perú, que relata la extorsión a la que se ve sometida, ya que tiene que enviar sistemáticamente dinero a la cárcel para que no le pase nada a su hijo.

Por su parte, Félix se ha gastado 80.000 euros en la defensa de Inma, su hija presa en Brasil, mientras Aitor habla del caso de su madre, Rosa, encarcelada en Perú y cuya familia ha tenido que vender el restaurante que tenía y un piso para afrontar los gastos que genera su encarcelamiento.