Del total de más de 3.300 fallecidos confirmados ahora por la Policía nipona (anteriormente la cifra era mayor), algo más de mil han sido identificados y unos 400 cuerpos han sido entregados a sus familias. Los medios locales calculan que los muertos pueden llegar a los 10.000.
Los equipos de rescate han encontrado con vida a cerca de 1.300 personas en Oshima, una pequeña isla frente a la costa de la provincia de Miyagi.
Entre 7.000 y 8.000 residentes en Oshima perdieron sus casas y se han refugiado en escuelas, aunque están incomunicados y se desconoce si tienen provisiones suficientes, informa Efe.
Un total de 2.000 residentes de Minamisanriku han sido localizados hoy con vida, por lo que hay esperanzas sobre sus vecinos. Todavía no se sabe nada de unos 7.500 residentes en la zona, aunque la Policía cree que se podrían haber refugiado en localidades cercanas.
El gobernador de Miyagi, Yoshihiro Murai, indica que en estos momentos el mayor problema es la carencia de combustible y material sanitario en los hospitales, donde están racionando las medicinas.
Los tanatorios no dan abasto para almacenar los cadáveres, se necesitan urgentemente más ataúdes y sus trabajadores se quejan de que los constantes apagones no les permiten mantener refrigerados los restos mortales.
El operativo de salvamento está encabezado por 100.000 efectivos de las Fuerzas de Auto Defensa, equivalente al Ejército según la Constitución de Japón y a los que se unirán miles de reservistas llamados a filas.
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