Feaps reclama “más apoyos” en lugar de “más protección” para las personas con discapacidad intelectual


La Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Feaps) reclama la necesidad de “más apoyos”, en lugar de “más protección”, para lograr que la vida independiente y la toma de decisiones individuales sean una realidad para el colectivo.
Así lo expone Paulino Azúa, quien fuera director de Feaps durante 39 años y actualmente delegado del Cermi de Estrategia y para el Tercer Sector Social, en una entrevista publicada en el número 114 del periódico ‘cermi.es semanal’, órgano de expresión del Comité Español de Entidades de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), coincidiendo con el 50 aniversario de Feaps.
El lema de Feaps este año es '50 años de inclusión gracias a las familias', porque quieren visualizar todo aquello que mueve a esta entidad: la inclusión, las familias y el movimiento asociativo.
En estos momentos, según Azúa, nos encontramos en un ámbito de defensa de derechos y en la importancia del acoplamiento de la legislación actual a la Convención de la ONU. En este ámbito, afirma, “hay elementos verdaderamente sangrantes” y se refiere al derecho de sufragio, “que durante mucho tiempo ha estado permitido y de unos años a esta parte, las declaraciones judiciales de incapacitación tienden siempre a negar el ejercicio del derecho, en definitiva que una persona con discapacidad intelectual sea el protagonista de su propia existencia, en paridad de derechos con los demás”.
En su opinión, “lo que ocurre es que muchas veces el ejercicio de esos derechos va a requerir el esfuerzo importante de una red de apoyos que le permita en la medida de lo posible ejercer esos derechos”, por lo que el futuro está, desde su punto de vista, “más que en crear más servicios, sin ninguna duda, por más apoyos”.
“No se necesita más protección sino más apoyos, ahí está la lucha”, señala, ya que lo más importante es, asegura, “la vida independiente y la toma de decisiones individuales, y para eso hacen falta apoyos”. Según explica, “los derechos ciudadanos no solo se conquistan, sino que luego hay que ejercerlos, y para ejercerlos todos necesitamos apoyos en un momento determinado”.
Además, subraya que “está por demostrar que los apoyos sean más caros que el hecho de mantener una institución llena de recursos”. “Es posible que cuatro personas viviendo en un piso con un apoyo de alguien que les eche una mano sea más barato que mantenerles en un centro con determinados servicios”, afirma Azúa.
Azúa se refiere a los inicios de Feaps como “el nacimiento de organizaciones exclusivamente familiares, de padres que querían hacer algo por sus hijos”, una entidad que, subraya, “se ha convertido en una organización que tiene algo que decir en el mundo de la discapacidad y algo que decir en el mundo de la transformación social”.
“No solo son una serie de entes que gestionan con más o menos acierto servicios, sino que han venido contribuyendo a los cambios que se están produciendo en la sociedad civil”, destaca.
Finalmente, Azúa señala que después de 50 años “queda muchísimo por hacer”, como “que la sociedad acepte que cuatro personas con discapacidad intelectual puedan vivir en un piso, por ejemplo”.
En su opinión, “son luchas que cuestan tiempo y el cambio tiene que venir desde la propia educación, porque todavía hay un sentimiento de cierta superioridad del que no se considera discapacitado sobre el que tiene una discapacidad intelectual”.

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