Fiestas de San Sebastián, herencia milenaria del precarnaval, según experta

  • Investigadores de la Universidad de Extremadura (UEx) sostienen que la fiestas de San Sebastián, que se celebran estos días en diversas localidades de Extremadura, son una herencia de antiguos rituales milenarios.

Cáceres, 21 ene.- Investigadores de la Universidad de Extremadura (UEx) sostienen que la fiestas de San Sebastián, que se celebran estos días en diversas localidades de Extremadura, son una herencia de antiguos rituales milenarios.

Así lo ha explicado a Efe la investigadora y catedrática de la Facultad de Formación del Profesorado de la UEx, Pilar Barrios, que ha apuntado que estos rituales festejaban las fiestas de invierno, con motivo del ciclo agrícola y ganadero.

Las fiestas del "Jarramplas" de Piornal o las "Carantoñas" de Acehúche veneran al mártir San Sebastián, pero su esencia y su significado antropológico responden al legado cultural que los romanos y otros pueblos prerromanos dejaron en el territorio extremeño.

Existen otras muchas localidades extremeñas que celebran su festividad en honor San Sebastián, como Torrequemada, donde se hacen unos dulces con cereales y se portan tableros con un significado agrícola, así como Majadas de Tiétar, donde se hacen las "danzas de palos".

Otra de las fiestas que tiene lugar es el "Taraballo" de Navaconcejo, una tradición que antiguamente también existía en Orellana o Coria.

Según Barrios, el cristianismo adaptó el conjunto de rituales de invierno, que todas las civilizaciones conservaban, y que buscaban neutralizar las fuerzas del campo frente a las inclemencias del tiempo, como la lluvia y las heladas.

Gran parte de estas fiestas tienen su origen, por ejemplo, en las "lupercalias romanas", en las que se veneraba a dioses como Mitra y Ceres, relacionados con la naturaleza.

De hecho, algunas teorías apuntan a que San Sebastián podría ser una adaptación del calendario cristiano al dios Apolo.

El ciclo de las fiestas de invierno concluye el día de las tradicionales "Candelas", justo antes de que comience el carnaval, cuando la cultura anuncia una etapa de desinhibición que concluye en el "recogimiento y la rigidez", ha explicado a Efe Barrios.

Otra de las tradiciones extremeñas que tiene su herencia en los rituales ancestrales de invierno son los "quintos", presentes en localidades como Albalá y Torre de Santa María, así como en varios municipios de Las Hurdes.

Originariamente se trataba de un ritual iniciático mediante el que el niño pasaba a ser un hombre y en el que demostraba que tenía fuerza suficiente para pasar al mundo de los adultos, ha explicado la investigadora.

Una de las tradiciones contemporáneas de Extremadura, relacionadas con los "quintos", era la de enviar en estas fechas a los mozos al campo, solos o en grupo, con la única compañía de un embutido de patatera.

Desde el punto de vista antropológico, era un ritual mediante el que los jóvenes debían demostrar que podían sobrevivir de manera independiente, frente a las inclemencias del frío y el hambre, sin la protección de sus familias.

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