El fotógrafo James Rawlings ha tenido el privilegio de fotografiar la vida cotidiana de un pueblo fantasma en Reino Unido, que en realidad se encuentra muy vivo.
Según recoge la revista Wired, dentro del muy inglés Condado de Kent existe un pueblo digno del decorado de una superproducción de Hollywood. En dicho pueblo, con fachadas de edificios reproducidas hasta el último detalle, calles con aceras y adoquinados perfectos, farolas, papeleras, comercios con sus escaparates... todo es de mentira.
La única razón de existir de este pueblo de pega es servir de campo de pruebas para los efectivos antidisturbios de la policía metropolitana de Londres, que allí entrenan una y otra vez cómo responder ante los más violentos altercados urbanos.
"Antes todo esto era campo", dirán los jefes de la Policía londinense, pero ya no. En la actualidad los agentes antidisturbios se enfrentan a imprevisibles brotes de violencia en un entorno mucho más difícil. La densidad de población y el intrincado dibujo de las ciudades modernas es un desafio para los responsables de mantener bajo control actos y manifestaciones públicas.
Las autoridades de Londres quieren que cada policía experimente de primera mano lo que se siente al actuar en un territorio hostil y con abrumadoras variantes que quedan fuera de su control.
ElMetropolitan Police Specialist Training Centre se ubica enGravesend, y funciona desde 2003. Además de falsas tiendas, pubs y arbustos bien cuidados, el escenario de entrenamiento cuenta con un establo lleno de caballos y una garaje repleto de furgones de policía, amén de instalaciones para la práctica con fuego real.
Durante los ejercicios, los agentes antidisturbios se enfrentan contra decenas de agentes en ropa de calle que juegan el papel de manifestantes violentos. El entrenamiento básico consiste en actuar mientras te lanzan cócteles Molotov reales y ladrillos.
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