Las fuerzas antiyihadistas entran en ciudad siria de Manbij

Combatientes árabes y kurdos apoyados por la coalición internacional liderada por Estados Unidos entraron este jueves en Manbij, bastión del grupo Estado Islámico (EI) en el norte de Siria, todo un avance en su ofensiva por reconquistar la ciudad.

Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), en la ciudad se libran combates encarnizados entre las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y los yihadistas, blanco de bombardeos intensos de la coalición internacional.

Por esta ciudad, situada en la provincia de Alepo, pasa la carretera usada por los yihadistas para aprovisionarse entre la frontera turca y Raqa, la capital de facto del EI en Siria, situada más al este.

Las FDS, en las que predominan los kurdos, lanzaron el 31 de mayo su ofensiva sobre Manbij y desde entonces arrebataron varias aldeas cercanas al EI.

"Las FDS entraron en Manbij por el frente sur, apoyadas por los bombardeos de la coalición", declaró a la AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH, que cuenta con una red de fuentes militares, civiles y médicas en el país en guerra.

Según él, decenas de miles de civiles siguen bloqueados en la ciudad, de donde 8.000 habitantes consiguieron huir desde el comienzo de la ofensiva.

Las FDS entraron en Manbij después de haber tomado el control del pueblo de Qanat el Cheij Tabash, situado al sudoeste de la ciudad, precisó.

Pero -añadió- "su progresión será lenta por las minas y los explosivos diseminados por los yihadistas", una táctica utilizada para frenar el avance de las tropas.

Hubo "combates callejeros cruentos", y dos miembros de las FDS murieron por la explosión de una mina en una de las viviendas de esta ciudad en poder del EI desde 2014, asegura Abdel Rahman.

Las FDS asediaban Manbij desde hacía diez días, pero los ataques suicidas casi diarios de los yihadistas las frenaban.

El avance de los combatientes árabes y kurdos también es lento por otro motivo: la presencia de civiles que pueden ser usados como escudos humanos, otra táctica utilizada por los yihadistas en el vecino Irak.

En otro frente de la guerra en Siria, las fuerzas del régimen, con la ayuda de los bombardeos y militares de Rusia, su principal aliado, intentan ganar terreno en dirección a la provincia de Raqa, vecina de la de Alepo, después de verse obligadas esta semana a retroceder por una contraofensiva yihadista.

Las fuerzas prorrégimen están apostadas en la frontera entre las provincias de Raqa y de Alepo. Tres soldados rusos resultaron gravemente heridos el martes, cuando una mina colocada por los yihadistas estalló al paso del vehículo en el que circulaban, según el OSDH.

Estados Unidos y Rusia defienden a bandos rivales en Siria, pero coinciden en la necesidad de derrotar al EI, responsable de atrocidades y de atentados sangrientos en varios países.

La guerra en Siria comenzó en 2011 después de que el régimen reprimiera a sangre y fuego una sublevación popular que pedía la dimisión de Asad.

Inicialmente había dos bandos: el de los rebeldes y el del régimen, pero poco después entraron en acción los yihadistas, así como varios actores regionales e internacionales.

La contienda bélica ha causado más de 280.000 muertos y obligado a millones de personas a abandonar sus hogares.

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