Fuster: "No nos gusta sabernos vulnerables, preferimos nuestra forma de vida"

  • Pilar Palazuelos.

Pilar Palazuelos.

Santander, 22 jul.- El cardiólogo Valentín Fuster alerta de la epidemia que supondrá la enfermedad cardiovascular, pero lamenta la reticencia social para cambiar hábitos no saludables y aceptar la vulnerabilidad: "No nos gusta pensar que somos vulnerables. Preferimos ignorar y seguir nuestro estilo de vida", afirma.

Valentín Fuster, que ocupa desde hace poco la Presidencia del futuro Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad en España, ha pasado esta semana, un año más, por los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.

En esta ocasión, ha ofrecido a sus alumnos su visión magistral sobre la imagen, la genética, la regeneración de tejidos y el cambio en los estilos de vida, de lo que también ha hablado con Efe en una entrevista.

En el estilo de vida es donde el director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) encuentra uno de los talones de Aquiles de la sociedad actual: en el tabaquismo, la falta de ejercicio, la mala dieta y la obesidad.

Valentín Fuster señala que, gracias a la tecnología y a la investigación, se podrá saber si una persona va a desarrollar en el futuro una enfermedad cardiovascular.

"El problema está en si esto será suficiente para cambiar los hábitos de vida", ha apuntado este investigador, que remarca que la obesidad y sus consecuencias -hipertensión, diabetes o colesterol- suponen un auténtico "proceso epidémico".

Este cardiólogo indica así que, probablemente, "muy pronto" se podrá identificar a grandes segmentos de población "que pueden tener la enfermedad y aún no lo saben".

Sin embargo, duda de que, una vez conocida esa información, el paciente acepte a cambiar sus hábitos. Y es que, según asevera, los estudios preliminares "no son halagüeños" en ese sentido.

Esos estudios revelan que ésta es una sociedad "en la que no nos gusta pensar que somos vulnerables". "Preferimos ignorar y seguir nuestro estilo de vida de falta de ejercicio, tabaquismo, etcétera", agrega el director del Instituto Cardiovascular del Hospital Monte Sinaí de Nueva York.

Por eso, uno de los principales problemas que Valentín Fuster detecta es "la falta de un sistema de educación o de instrucción" que sirva para hacer comprender desde la infancia el impacto de la obesidad y de las enfermedades cardiovasculares.

"Por aquí es donde tenemos que empezar, con un proceso educativo de mucha envergadura. Esto es lo más importante y creo que, una vez que se comprenda el problema, será mucho más fácil poder atajarlo", ha resaltado.

El doctor Fuster ha elaborado y colaborado en informes científicos para el Gobierno de Estados Unidos, la Comisión Europea o la Organización Mundial de la Salud, entre otros.

Y en 2010 comenzó en España el programa de Salud Integral (SI), en el que en este curso han participado 11.000 niños de más de sesenta colegios de Madrid y Barcelona, y que está previsto, además, para Orense.

Valentín Fuster subraya que este programa "está funcionando bien" en sus dos objetivos: intentar que el niño se cuide y "moldear" su conducta e instruirlo para que, de adulto, tenga un estilo de vida adecuado.

A pesar de ese buen resultado del programa, su impulsor teme el riesgo que podría suponer que se expandiera "demasiado rápido", pues la calidad no puede fallar.

Según precisa, éste es un proyecto "muy a largo plazo", conformado por 60 horas de instrucción, con unidades didácticas y la serie infantil de Barrio Sésamo, con un 'doctor Ruster' inspirado en el propio Valentín Fuster que animará a cuidarse. EFE

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