Las discusiones en Bonn pueden desbloquearse, pero los países ricos deberán mostrar buena voluntad, añadió en rueda de prensa la sudafricana Nozipho Mxakato-Diseko, a poco más de un mes de la Conferencia de París.
"El éxito de la conferencia de París dependerá de lo que hagamos en finanzas", dijo la representante del grupo que acoge a 134 países, además de China.
Un total de 195 partes negocian desde el lunes el borrador definitivo de un acuerdo sin precedentes para controlar el aumento de la temperatura del planeta, imponerse un límite de emisiones de gases y promover una transición energética responsable.
Ese acuerdo debe ser ratificado a nivel ministerial durante la conferencia sobre el cambio climático de París (COP21), a inicios de diciembre.
"Será la medida del éxito", insistió la diplomática.
Uno de los capítulos esenciales es la ayuda financiera a los más vulnerables, otro la transferencia de tecnología y uno de los más controvertidos es la posibilidad de indemnizaciones por el impacto del cambio climático.
Los países más pobres y afectados, como los pequeños estados insulares, o regiones como América Central, consideran que el impacto de los desastres naturales supera de largo su contribución al problema.
"El cambio climático supone un desafío existencial", dijo la representante sudafricana.
Los miembros de la COP acordaron en 2011 la creación de un fondo de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, así como la creación de un Fondo Verde, que en breve debe presentar sus primeros proyectos.
Los países ricos están de acuerdo en contribuir, pero algunos recuerdan que la ayuda ya está siendo distribuida desde hace años.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó recientemente un informe en el que calculaba que esa ayuda contra el cambio climático, incluidos préstamos multilaterales, ascendió en 2014 a 62.000 millones de dólares anuales.
"No voy a juzgar el informe de la OCDE", que no es parte negociadora en Bonn, precisó Mxakato-Diseko.
"No estamos hablando de donantes, de ayuda en la convención (de lucha contra el cambio climático). Lo que hay son obligaciones, instrumentos legales", insistió.
El G77 exigió y consiguió el lunes pasado que el texto a debate en Bonn aumentara de 20 a 34 páginas, para reflejar sus inquietudes.
Fueron "implantes quirúrgicas" de párrafos, en palabras de uno de los dos copresidentes de las negociaciones, el estadounidense Daniel Reifsnyder.
"Estamos topando con condiciones en el lenguaje" nuevo del texto, criticó la portavoz del G77.
Países desarrollados y observadores en Bonn recuerdan por otra parte que países como China han donado 3.000 millones de dólares al Fondo Verde.
Ese tipo de ayudas forma parte de la "cooperación Sur-Sur", insistió la sudafricana.
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