En un comunicado el gobierno "condena y reprueba los ataques realizados por la aviación de Estados Unidos".
Al realizarse sin coordinación con las autoridades locales, estos ataques constituyen "una violación de la soberanía del Estado Libio", precisa.
El ataque aéreo de Estados Unidos contra un campo de entrenamiento yihadista en Libia dejó casi 50 muertos el viernes, incluyendo a dos serbios secuestrados en noviembre pasado, así como "probablemente" a un dirigente del grupo EI, según fuentes libias y estadounidenses.
El EI se ha arraigado en Libia aprovechando el caos en el que está sumido el país desde que una revuelta expulsó del poder en 2011 a Muamar Gadafi, con apoyo militar de países como Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña.
Desde la caída de Gadafi, Libia está dividida en milicias rivales. Dos gobiernos con sendos parlamentos se disputan el poder en el país, uno reconocido internacionalmente con sede en Tobruk (este), y el otro, integrado por diversas milicias, algunas islamistas, en la capital Trípoli.
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