Ibrahimovic, un pedazo de los Balcanes en la fría Suecia

Rosengard, un barrio popular de Malmö, está muy orgulloso de su hijo más ilustre, Zlatan Ibrahimovic, flamante capitán del equipo sueco y todo un rey en el lugar, donde creció en una familia emigrada desde los Balcanes.

No es frecuente que 'Ibra' ponga un pie en este lugar donde los edificios de ladrillo rojo se suceden con amplios espacios verdes. Pero todos le conocen bien y admiran lo que ha conseguido.

También todos compiten por ver quién tiene la relación más directa con el futbolista, aunque sea a través de haber sido el compañero de clase de una hermana o haber conocido a un tío de la estrella: es un ídolo en un lugar donde construyó además un campo de fútbol con su nombre.

Desde que terminan su jornada escolar, el Zlatan Court se llena de muchachos que golpean el balón, en un recinto adornado por el reconocible logotipo de una marca deportiva que patrocina el número 10 de la selección sueca.

En el Fotbollklubb (FBK) Balkan, uno de los clubes del barrio donde comenzó, Zlatan también es el modelo a seguir.

"Todo el mundo sabe quién es Zlatan. Por contra, no todos conocen al rey (de Suecia)", se divierte Ivan Milosevic, presidente de la asociación, que conoció a 'Ibra' cuando era niño y que entrena al único equipo del club, que milita en la cuarta categoría del país nórdico.

"Para nosotros es algo enorme jugar en su primer club", se enorgullece Max Skarpas Torres, defensa de 19 años que luce una camiseta en la que están las banderas de Suecia y la de extinta Yugoslavia.

Fundado en 1962 por inmigrantes yugoslavos, el "Balkan" se presenta como el club comunitario más antiguo de Europa. La entidad ha atravesado momentos mejores y peores, y ahora está en apuros, ya que no ha conseguido atraer a los migrantes venidos de los países árabes, que ahora son mayoría en Rosengard.

"En nuestro equipo, el de los nacidos en 1980 y 1981, procedíamos todos de la antigua Yugoslavia", recuerda Ivan Milosevic. Nacido en Malmö, Ibrahimovic es hijo de una madre de origen croata y de un padre bosnio.

En aquella época, el equipo se entrenaba tres veces por semana y jugaba partidos el fin de semana.

En un momento, Ibrahimovic llegó a ser portero. "Eso debió ocurrir una vez. A cada uno le tocaba por turnos", subraya Milosevic.

Zlatan siempre prefirió estar en el ataque. "Lo único que quería era marcar, así que a veces escuchaba a los entrenadores, pero otras veces hacía lo que se le pasaba por la cabeza", añadió.

Parecidos recuerdos tiene Hasib Klicic. El exentrenador se recuerda de un chico "turbulento", que quería "jugar siempre".

Esa perseverancia un poco egoísta es para muchos la clave de su éxito: ya de niño, Zlatan no era un jugador de equipo, sino una estrella con vocación de serlo.

"De la mañana a la noche entrenaba con el balón en los pies, regateaba, jugaba, jugaba y jugaba", cuenta Klicic.

"Le gustaba el balón por encima de todo. Creo incluso que dormía con él, no lo soltaba nunca", apunta.

Pero al contrario que otros ex del club que acusan a Ibrahimovic de haberles olvidado tras triunfar, Ivan prefiere no guardar rencor y acordarse de aquel chico talentoso y ambicioso.

Es esa imagen la que se transmite a los jóvenes, deseosos de saltar al campo en busca de su oportunidad. La consigna está clara: si se quiere, se puede.

"Si uno quiere y lo da todo, tiene una oportunidad para ser como Zlatan Ibrahimovic", resume en el entrenamiento Dino Dulji, joven jugador de 24 años.

Un sueño para los más pequeños de este barrio humilde, golpeado por el paro y para los que Ibrahimovic simboliza la imagen de hijo de inmigrantes capaz de superar unas condiciones difíciles para triunfar y hacerse rico y famoso.

"Para los niños y los jóvenes de Malmö es la demostración de que se pueden subir los escalones, que uno puede ser alguien en la vida", insiste Ibrahim, de 26 años.

Después del "Balkan", Zlatan se unió al Malmö FF en 1994 y allí debutó como profesional.

Allí comenzó "lentamente", recuerda Ola Gällstad, su entrenador de entonces. Pero de esos inicios titubeantes pasó a la explosión definitiva, hasta convertirse en la superestrella que es actualmente.

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