Indígenas paraguayos denuncian a firma brasileña ante Fiscalía por deforestar

  • Los líderes de la comunidad indígena ayoreo totobiegosode, denunciaron hoy ante la Fiscalía paraguaya que la empresa brasileña Yaguareté Porá tala ilegalmente los bosques de sus tierras, donde viven los últimos indígenas aislados que quedan en América fuera de la Amazonía.

Asunción, 24 sep.- Los líderes de la comunidad indígena ayoreo totobiegosode, denunciaron hoy ante la Fiscalía paraguaya que la empresa brasileña Yaguareté Porá tala ilegalmente los bosques de sus tierras, donde viven los últimos indígenas aislados que quedan en América fuera de la Amazonía.

Según la nota presentada al Ministerio Público, los ayoreo piden que agentes fiscales vayan a ver su territorio, una reserva natural, para que comprueben la actividad de las máquinas topadoras de la empresa brasileña.

"Reiteramos la solicitud de hacer cesar en forma definitiva la ilegal deforestación de nuestras tierras ancestrales, que constituyen igualmente, el único hogar de nuestros parientes no contactados", indicaron en el escrito.

Con carteles con frases de protesta y vestidos con ropas ceremoniales, una docena de personas se manifestó ante la sede de la Fiscalía en la ciudad de Filadelfia, en el departamento de Boquerón, tras entregar la nota.

Los ayoreo totobiogosode comenzaron a ser expulsados de sus bosques en la década de los años 90, cuando la expansión de la ganadería sin control gubernamental permitió la tala masiva de árboles en el Chaco paraguayo.

Según denuncian los indígenas y la ONG Survival Internacional, muchos ayoreo fueron perseguidos en sus bosques por la Misión Nuevas Tribus, un grupo evangelista estadounidense, que los trasladó forzosamente a comunidades donde concentraban a miembros de distintos pueblos y etnias contra su voluntad.

Los indígenas recordaron que la deforestación no solo pone en peligro el ecosistema único del Chaco Boreal, sino la supervivencia de los ayoreo totobiegosode que rehusaron salir del bosque y el contacto con la civilización occidental, son nómadas y se dedican a la caza y la recolección.

Se trata de un caso único en América, pues es el último pueblo indígena fuera de la Amazonía que vive sin contacto con el exterior.

Los totobiegosode que viven fuera del bosque luchan por preservar la vegetación y fauna de las 150.000 hectáreas que han logrado que el Estado titule a su nombre tras más de dos décadas de lucha jurídica, que mantienen para reclamar otras 400.000 hectáreas.

Según estudios antropológicos, los ayoreo ocupaban tradicionalmente casi 2,8 millones de hectáreas que se extendían del sur de Bolivia a toda la región chaqueña de Paraguay.

Pero tras la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) sus tierras comenzaron a ser vendidas por el Gobierno con ellos dentro, como continuó sucediendo durante la dictadura militar de Alfredo Stroessner (1954-1989), la más larga de Suramérica.

La empresa originalmente argentina Carlos Casado S.A., ahora de capital español, posee los títulos de propiedad de buena parte de ese territorio ancestral.

Otra porción de esas tierras están en manos de Yaguareté Porá, la empresa brasileña denunciada por los indígenas.

Los nativos están muy preocupados porque dicen que las máquinas excavadoras de Yaguareté Porá arrasan también parte de los milenarios bosques en las 70.000 hectáreas que posee esa empresa en la zona, amparándose en una licencia ambiental otorgada por el actual Gobierno, que fue recurrida por el representante legal de los indígenas.

Según explicó a Efe el abogado, Julio Duarte, la demanda presentada por los indígenas en enero de 2014 "implica la suspensión de todos los trabajos en la propiedad".

Sin embargo, la Secretaría del Ambiente (SEAM) aseguró a Efe que no puede actuar contra la empresa "porque el caso está judicializado y una jueza ha ordenado 'no innovar acciones' y permitir a la firma proseguir los trabajos".

Según los últimos datos disponibles de esa Secretaría, el Chaco paraguayo perdió 117.891 hectáreas de bosque entre agosto de 2013 y el pasado enero.

Yaguareté Porá es responsable de la tala de más de 1.200 hectáreas en el Chaco en el último mes, según la ONG Gente Ambiente y Desarrollo (GAT).

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