Intensa semana judicial para Sarkozy en vísperas de los comicios municipales

  • El expresidente francés Nicolas Sarkozy inició hoy una intensa semana judicial, salpicada de grabaciones secretas y presunto tráfico de influencias y en la que la justicia ha retrasado al viernes su decisión sobre la retirada de unas cintas con sus conversaciones.

París, 10 mar.- El expresidente francés Nicolas Sarkozy inició hoy una intensa semana judicial, salpicada de grabaciones secretas y presunto tráfico de influencias y en la que la justicia ha retrasado al viernes su decisión sobre la retirada de unas cintas con sus conversaciones.

El Tribunal de Gran Instancia de París anunció hoy que fallará ese día sobre la demanda de Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, para que se retiren de los medios de comunicación las grabaciones efectuadas por uno de sus colaboradores cuando estaba en el Elíseo, sede de la presidencia francesa.

La expareja presidencial recurrió de urgencia al tribunal, después de que el semanario satírico "Le Canard Enchaîné" y la web "Atlantico" publicaran la semana pasada varias conversaciones entre Sarkozy, Bruni y algunos de sus consejeros.

En el origen de esas grabaciones, aparentemente triviales, se encuentra Patrick Buisson, experto en comunicación y consejero de Sarkozy cuando era jefe del Estado (2007-2012).

Ese antiguo periodista de extrema derecha y especialista en opinión pública habría registrado decenas de conversaciones del entorno del expresidente, de las que por ahora han trascendido cinco.

Por eso, si el tribunal le da la razón a Sarkozy, la decisión podría ser disuasoria ante la eventual publicación de otras grabaciones.

Buisson también ha presentado una denuncia relativa a unas grabaciones que no niega, pero que asegura que realizó como método de trabajo para evitar tomar notas en las reuniones y que, según dice, le habrían sido robadas.

En cualquier caso, parece que ni Sarkozy ni Bruni ni el resto de personas que aparecen en ellas estaban al corriente de que esas reuniones estaban siendo registradas, como se encargó de recordar hoy el propio abogado de Sarkozy ante el tribunal.

La aparición de las grabaciones se produce en un contexto delicado para el futuro político de Sarkozy y de su partido, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), a pocos días de que el 23 y el 30 de marzo se celebren las dos vueltas de las elecciones municipales.

El expresidente, que deja entrever que querría regresar al Palacio del Elíseo en 2017, está implicado en varios casos relacionados con presunta financiación ilegal de campañas políticas y tráfico de influencias.

La fiscalía ordenó pinchar su teléfono en el marco de una investigación para esclarecer si el dictador libio Muamar el Gadafi financió ilegalmente la campaña que le llevó a la presidencia francesa en 2007.

Esas escuchas ha revelado un caso de supuesto tráfico de influencias del expresidente y de su abogado Thierry Herzog, que presuntamente habrían presionado a un magistrado para que les filtrase informaciones bajo secreto de sumario.

La fiscalía sospecha que Sarkozy y Herzog intentaban saber por adelantado si el Tribunal de Casación invalidará como prueba unas agendas confiscadas al expresidente, que pueden implicarle judicialmente en varios escándalos. Se espera que la decisión de esa corte se haga pública mañana.

Según el semanario "Le Point", ese juez de la sala de lo civil del Tribunal Supremo, Gilbert Azibert, trató de suicidarse anoche en Burdeos (suroeste de Francia), donde reside, y se encuentra hospitalizado, mientras que otros medios aseguran que solo sufrió un accidente.

Esas agendas fueron confiscadas en julio de 2012, en el marco de otra investigación que indaga si el expresidente conservador recibió para aquella campaña electoral de 2007 dinero negro de la dueña de L'Oréal, la multimillonaria anciana Liliane Bettencourt.

Para ensombrecer aún más el paisaje, la UMP atraviesa una situación financiera complicada y sigue siendo el escenario de importantes luchas internas y acusaciones de corrupción.

Entre tanto, Sarkozy apareció hoy por primera vez en público desde que salieran a la luz las polémicas grabaciones de sus conversaciones.

En un acto público en Niza, en la costa mediterránea francesa, se dio un baño de masas, pero no hizo referencia a ninguna de las polémicas que le rodean.

Todo ello, en ciernes de que las urnas repartan el poder en 36.682 municipios franceses, los primeros comicios desde la derrota de Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2012.

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