Investigan por pederastia a un obispo alemán confeso de malos tratos a alumnos

  • Berlín.- La fiscalía de Ingolstadt (Baviera) ha abierto sumario por un caso de presunta pederastia contra el obispo de Augsburgo, Walter Mixa, quien recientemente admitió que había maltratado sistemáticamente a menores en una residencia infantil en sus tiempos de párroco.

El Vaticano aceptará la dimisión del obispo alemán sospechoso de pederastia, según la prensa
El Vaticano aceptará la dimisión del obispo alemán sospechoso de pederastia, según la prensa

Berlín.- La fiscalía de Ingolstadt (Baviera) ha abierto sumario por un caso de presunta pederastia contra el obispo de Augsburgo, Walter Mixa, quien recientemente admitió que había maltratado sistemáticamente a menores en una residencia infantil en sus tiempos de párroco.

Una portavoz de ese departamento fiscal informó hoy de la apertura de diligencias contra el prelado, quien el pasado 21 de abril puso sus cargos a disposición el papa Benedicto XVI por el revuelo causado por los casos de malos tratos físicos a menores.

Las investigaciones de la fiscalía corresponderían a un caso relativo al periodo 1996-2005, siendo Mixa obispo de la diócesis bávara de Eichstätt, según informaciones difundidas hoy por el diario "Augsburger Allgemeine".

Mixa desmintió, a través de su abogado, estas revelaciones, que calificó de absolutamente infundadas.

Las nuevas sospechas contra el prelado se suman al revuelo causado por los casos de malos tratos, que primero rechazó vehementemente, pero finalmente admitió, después de que varias de sus víctimas presentaran declaraciones juradas en las que le imputaban brutalidad sistemática contra menores.

A raíz de ello, el obispo dirigió una carta personal al Papa y puso a su disposición sus cargos como obispo de Augsburgo y obispo militar del Ejército Federal alemán, cuestión aún por resolver.

Los casos de malos tratos a menores se remitían a sus tiempos como párroco de Schrobenhausen, en la Alta Baviera, y a los castigos físicos infligidos a los niños de una residencia infantil dependiente de la Iglesia Católica.

Inicialmente, el obispo sólo admitió que había dado algunas bofetadas, mientras sus víctimas afirmaban haber recibido o asistido a palizas brutales a los menores.

El caso de los malos tratos se sumó a los escándalos por pederastia que sacuden a prácticamente todas las diócesis alemanas, especialmente en la católica Baviera, el estado natal del papa Joseph Ratzinger.

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